23 noviembre, 2024

Inseguridad: Alertan por unas 130 nuevas estafas.

Afirman que un solo ciberdelincuente puede estafar a decenas de víctimas. Especialistas sostienen que con la pandemia se incrementó la inseguridad cibernética.

A pocos días de una nueva Navidad, y en el marco de un contexto atípico por la pandemia del coronavirus, trascendió que surgieron alrededor de 130 nuevas metodologías de ciberestafa a la hora de realizar compras en línea. A la inseguridad en las calles se le suma la inseguridad en la red.

El Covid-19 trajo consigo grandes cambios en la vida de los argentinos. Es que, bajo la obligatoriedad de tener que realizar a distancia los quehaceres del día a día, los peligros en la red aumentaron estrepitosamente.

Según precisaron fuentes especializadas en ciberseguridad a Diario Popular, en las últimas semanas aparecieron aproximadamente 130 nuevas metodologías de ciberestafas, en las que, utilizando herramientas como las de la «ingeniería social», un ciberdelincuente puede estafar a decenas de víctimas.

En este contexto, el abogado especialista en delitos informáticos Daniel Monastersky sostuvo que «todo pasa por lo digital hoy en día» y con la pandemia «eso se profundizó».

«Evidentemente, los delincuentes informáticos tienen la posibilidad de buscar nuevas alternativas para hacerse de dinero. Su fin es obtener lucro económico. Desde ya que se valen de todas las posibilidades que le da internet y los medios digitales para pensar nuevas metodologías y lograr ese cometido», explicó en diálogo con este medio.

Cabe destacar que en septiembre Monastersky alertó que las estafas en las compras por internet «crecieron en un 350 por ciento», al tiempo que advirtió que este escenario podía empeorar aún más.

Poco tiempo después, la realidad sitúa al ciberdelito como una de las principales preocupaciones de cara a estas fiestas. Al respecto, el abogado especialista en delitos informáticos explicó que «hay que tener en cuenta que las personas normales estamos contenidos porque hay un Código Penal que impide que hagamos cosas en contra de la ley, pero estas personas no tienen ningún límite inhibitorio y piensan en todas las posibilidades -ya sea que configure un delito o no- para poder hacerse de los datos o robar información, entrar a un determinado lugar o hackear una página y después mandar un fishing».

«Mucha gente confía. Una de las estafas más comunes es que la gente entre en una cuenta de Instagram que tiene un montón de seguidores y lo que hacen (los estafadores) es reemplazar toda la información que tenía la vieja cuenta, que podía ser de un influencer o una determinada marca. Al borrar esa información se ponen a vender cosas, como, por ejemplo, zapatillas y muchas personas creen que esa cuenta es verdadera y realiza algún tipo de operación», indicó.

Y agregó: «Desde ya que esa gente se ve engañada en múltiples aspectos: en el precio y la calidad. Falta muchísima concientización en materia digital, hace falta que la gente investigue más antes de hacer una operación».

Por otro lado, Monastersky alegó que «muchos especialistas solo hacen hincapié en casos de ciberdelincuentes que hackean organismos públicos o compañías de todo el mundo para obtener algún lucro, pero se están olvidando de que el 90% de los casos que nosotros tenemos en el estudio son de victimas comunes, de personas comunes, y quienes cometen estos delitos también son personas comunes que calumnian, estafan y amenazan».