Guillermo Rafael Boscán Bracho tiene 34 años y figuraba en una lista de los diez delincuentes más buscados de su país.
El Yiyi» es uno de los criminales más buscados de Venezuela. Figura en una lista de los diez fugitivos más peligrosos, y curiosamente se encontraba en nuestro país, viviendo con una identidad falsa y una familia nueva.
Guillermo Rafael Boscán Bracho (34) fue arrestado en las últimas horas en la provincia de Corrientes, luego de semanas de seguimientos y tareas de inteligencia.
La División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento de la Policía Federal Argentina (PFA) anunció en las últimas horas su arresto a la salida de un country de la localidad correntina de Santa Ana.
«El Yiyi» manejaba una camioneta Ford Ranger y estaba acompañado de un familiar de su actual mujer, cuando fue interceptado por los agentes de la PFA sobre la ruta provincial 43, a metros del acceso al barrio donde estaba oculto.
Boscán Bracho, presunto cabecilla de una temible organización que operaba en el estado de Zulia, tenía pedido de captura internacional desde agosto del año pasado.
En febrero último, y frente a una sangrienta seguidilla de atentados en la zona de Maracaibo y Barranquitas, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, reconoció a la prensa que contaban con información que ubicaba a «Yiyi» en Estados Unidos y con una falsa nacionalidad colombiana. ¿Ya estaba en la Argentina?
Desde la clandestinidad, aparentemente, el fugitivo seguía dando órdenes a su gente para sembrar el terror en Venezuela. Su organización criminal exigía a comerciantes un pago mensual a cambio de seguridad, como suele ocurrir en nuestro país con los supermercados chinos.
A la banda de «El Yiyi» le atribuyen cuatro atentados recientes contra tres comercios y una clínica, junto con tres asesinatos por encargo, y múltiples víctimas.
El jueves 5 de enero pasado hubo dos ataques simultáneos en Maracaibo y Barranquitas. Según la prensa local, el grupo de «El Yiyi» atentó contra la ferretería La Oriental, detrás de la terminal de la capital zuliana, donde dejaron una granada que milagrosamente no estalló.
Ese mismo día, en cercanías del Lago de Maracaibo, tres pescadores -identificados como Reibis Navas, Carlos Nuñez y Alcides Nuñez- fueron acribillados por sicarios, en otro atentado atribuido a la banda de «El Yiyi».
Al parecer, las víctimas habían sido extorsionados por este grupo criminal. De hecho, en un video publicado en las redes sociales por los propios agresores, ellos mismos dicen que el ataque a tiros había sido ordenado por «el Gran Yiyi».
Seis días después del triple crimen de los pescadores, el chofer de un micro, Atilio Torres, de 47 años, fue asesinado también por negarse a pagar un canon a la temible organización.
El director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico, explicó que este lunes que la captura de Boscán Bracho, oriundo de La Cañada de Urdaneta, llevó varios meses de investigación.
«Sobre este peligroso delincuente pesaba una solicitud internacional con notificación roja (Interpol) por los delitos de terrorismo, homicidio, tráfico de armas y más de diez solicitudes por extorsión, terrorismo, asociación para delinquir y homicidio intencional calificado», detalló.
Según indicó, «El Yiyi» es «investigado en más de cuarenta hechos delictivos». «Se dedicaba a ordenar desde el extranjero múltiples homicidios en modalidad de sicariatos, extorsiones, secuestros, robo de vehículos, tráfico de drogas y otros delitos», detalló.
País generoso
No es la primera vez que un peligroso criminal extranjero consigue sortear los controles migratorios e iniciar una nueva vida en nuestro país. Pasó hace más de diez años con el jefe narco paramilitar Henry de Jesús López Londoño, más conocido como «Mi Sangre», que llegó a vivir en el country Nordelta, entre famosos deportistas y conocidos empresarios. O con Ignacio Álvarez Meyendorff, alias «Nacho» o «Mono», uno de los narcotraficantes más importantes que hayan tocado suelo argentino.
«El Yiyi» estaba lejos del ruido de la Ciudad de Buenos Aires, pero llevaba un buen nivel de vida en un exclusivo country de la localidad de Santa Ana. Todavía no se sabe cómo hizo para ingresar a la Argentina. Si pasó con la documentación trucha sin que nadie lo advirtiera o contó con alguna ayuda extra.
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