En la previa del Consejo del PJ publicó un video en el que anunció que se corre de la pelea por una candidatura en Primarias. En Casa Rosada aclararon que se pondrá “al frente del armado electoral” del Frente de Todos
El presidente Alberto Fernández afirmó hoy que el 10 de diciembre entregará «la banda a quien haya sido legítimamente elegido en las urnas por el voto popular» y dijo que trabajará «fervientemente para que sea un compañero o compañera de nuestro espacio que represente a aquellos por quienes seguimos luchando».
Así lo afirmó en un video publicado en sus redes sociales, titulado «Mi decisión», difundido «en las vísperas de cumplir 20 años de la llegada de Néstor Kirchner al poder» que se recordará el próximo 25 de mayo.
“Estamos en las vísperas de cumplir 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación”, así comenzó el relato de Alberto Fernández en el video. “Tuve el privilegio de llegar con él a la Casa Rosada y ser también testigo de su gesta, hoy hace cuatro años que iniciamos el camino que nos llevó al triunfo de las elecciones del 2019 dando final a un ciclo de desazón para el pueblo argentino”, continuó.
“Cuando me tocó asumir la conducción del país estábamos, una vez más, en una situación límite”, repasó. “Recibimos en 2019 un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación y debimos enfrentar una pandemia mundial, una guerra y en este momento las consecuencias de una brutal sequía”, siguió.
El discurso completo de la renuncia de Alberto Fernández a su candidatura:
Estamos en las vísperas de cumplir 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación. Tuve el enorme privilegio de llegar con él a la Casa Rosada y ser, también testigo de su gesta. Hoy hace casi cuatro años que iniciamos el camino que nos llevó al triunfo en las elecciones de 2019, dando final a un ciclo de desazón para el pueblo argentino.
Cuando me tocó asumir la conducción del país estábamos, una vez más, en una situación límite. Todos y todas sabemos que no han sido estos años tiempo fáciles. Recibimos en 2019 un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación y debimos enfrentar una pandemia mundial, una guerra y en este momento las consecuencias de una brutal sequía. En medio de tantos avatares, volvimos a crecer. Construimos viviendas como nunca se había hecho, hicimos obras públicas en todo el país, algunas estratégicas como el gasoducto Néstor Kirchner. Ampliamos derechos para las mujeres y disidencias. Fortalecimos la ciencia y la educación y también revitalizamos el aparato productivo.
Defendimos nuestras posiciones en los foros internacionales. Somos protagonistas del destino latinoamericano y tendimos puentes en un mundo en crisis. Está claro que no logamos todo lo que nos propusimos. Nos duelen las familias en condición de pobreza, nos duelen los bajos ingresos, nos duelen los proyectos y sueños que no pudieron concretarse.
Pero a pesar de tantas dificultades, tengo una certeza: no tomé una sola medida en contra de nuestro pueblo. Hoy un nuevo problema nos aqueja, la sequía más importante en más de un siglo nos pone en alerta roja. Nos obliga a rediseñar todos nuestros objetivos, nos convoca a dedicarnos exclusivamente a este nuevo desafío. Han dejado de ingresar a la Argentina casi U$S20mil millones. En tal difícil contexto, todavía vemos como los especuladores de siempre generan inquietud en los mercados, jugando con el dólar ilegal.
Lejos estoy de quejarme. A los que abrazamos la política como vocación y buscamos asumir responsabilidades para mejorar en la sociedad en las que vivimos, no nos cabe el lamento. Nos cabe la responsabilidad histórica de hacer con honestidad lo que nos toca.
Esa responsabilidad y compromiso me lleva hoy como Presidente de la Nación en estar convencido que tengo que concentrar mi esfuerzo, mi compromiso y mi corazón en resolver los problemas de los argentinos y argentinas. Como enfrentamos la deuda, como lo hicimos durante la pandemia, como sobrellevamos los efectos de la guerra, como nos repusimos cada vez que tuvimos dificultades, unidos, con claridad, en equipo, poniendo todo nuestro esfuerzo y encontrando soluciones novedosas donde otros no ofrecen salidas.
Vamos a superar esta situación y vamos a seguir trabajando por el crecimiento y la distribución. Desde que comencé a militar políticamente en los años 70, nunca antepuse una ambición personal a la necesidad del conjunto. Como militante peronista, siempre supe que primero estaba la Patria, después el movimiento y por último los hombres. Es por eso que voy a cumplir con esta escala de prioridades. El contexto económico me obliga a dedicar todos mis esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la Argentina. Como dije recién, después de la patria viene el movimiento. Permítanme también hablarle a mis compañeros y compañeras.
Creo fervientemente en la democracia como sistema para lograr nuestros objetivos en una comunidad organizada. También debemos usar sus herramientas para la vida partidaria. Por eso, creo que las PASO son el vehículo para que la sociedad seleccione los mejores hombres y mujeres de nuestro frente que mejor nos represente en las próximas elecciones generales. Como presidente del Partido Justicialista voy a garantizar que todos y todas los que se sientan capacitados para encarar este desafío puedan hacerlo. Necesitamos generar un nuevo ciclo virtuoso, en el que otros se empoderen para volver a conquistar los corazones de quienes siguen mirándonos como el espacio que garantiza que no volverá la derecha a traernos su pesadilla y su oscuridad. Sepan todos que voy a involucrarme directamente para que esto sea posible.
En estos años elegí soportar algunas críticas o enfrentar maniobras de desprestigio en contra del gobierno nacional y nunca respondí. Por mi responsabilidad como presidente evité toda escalada en los conflictos. Siempre actué de ese modo para garantizar la unidad de nuestro espacio político. Llegamos hoy, pese a todas las dificultades, unidos antes de iniciar una nueva contienda electoral. Esa unidad se fortalecerá con la competencia, con la militancia, con la búsqueda de nuevos protagonistas. El peronismo del siglo XXI no puede ignorar las demandas de participación de nuestros militantes. Siempre en nuestra fortaleza estuvo nuestra capacidad para interpretar e interpelar a la sociedad.
En estos tiempos, tal vez más que en otros, necesitamos revitalizarnos. Más allá de las críticas internas y del mayor o menor acompañamiento recibido, no tengo en el frente de todos un solo adversario. Al contrario, les conozco en ellos y ellas un destino común. Mis adversarios son aquellos a los que debemos enfrentar en las elecciones generales. Dije que volvíamos para ser mejores. Para ser mejores debemos democratizar nuestro espacio. Démosle la lapicera a cada militante. El peronismo tiene la fuerza, la militancia y los cuadros para lograr la victoria. Esa victoria depende de nosotros. En este año cumplimos 40 años interrumpidos de democracia. Este logro nos llena de orgullo y también hace aún más evidentes nuestras deudas con una parte importante de nuestro pueblo.
Hago un llamamiento para que todos transitemos este tiempo electoral tan proclive a los excesos con el mayor de los respetos por nuestros contendientes. Podemos efectuar desde los espacios públicos, todos y todas, un aporte genuino para mejorar el debate político que nos merecemos. Nadie debe dejarse engañar. No todo es lo mismo en la política. Aquellos que pregonan libertad son los que más hacen para establecer un sistema socialmente injusto. El próximo 10 de diciembre de 2023 es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día entregaré la banda presidencial a quien haya sido elegido legítimamente en la urna por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político, que represente a quienes seguimos y seguiremos luchando, por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas.
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