25 noviembre, 2024

Diputados avanzó con la ley de Alcohol Cero al volante

La norma vigente autoriza hasta 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre para conductores de automóviles y 0,2 gramos en el caso de motociclistas.

Con apoyo de todos los bloques políticos, el proyecto de Ley de Alcohol Cero al volante, que prohíbe la conducción de vehículos a personas que hayan consumido alcohol, obtuvo este miércoles dictamen favorable en la Cámara de Diputados y quedó más cerca de la aprobación.

La comisión de Transportes, que preside el jujeño Jorge Rizzotti (UCR), le dio despacho positivo, aunque ahora deberá ser tratada en la comisión de Seguridad Interior, encabezada por Ramiro Gutiérrez (Frente de Todos). De avanzar allí, la iniciativa quedará lista para ser votada en una próxima sesión de la Cámara de Diputados.

El proyecto impulsado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), organismo dependiente del Ministerio de Transporte, propone modificar la Ley de Tránsito 24.449 de manera tal de prohibir la conducción de vehículos a personas con graduación de alcohol en sangre superior a cero, una obligación que por ahora solamente aplica a conductores profesionales.

La norma vigente autoriza hasta 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre para conductores de automóviles y 0,2 gramos en el caso de motociclistas.

«El apoyo de las y los diputados de los distintos sectores políticos en la Comisión de Transportes al proyecto de Ley de Alcohol Cero al volante es una muestra más de la importancia de esta iniciativa, que pone a la seguridad y el cuidado de la vida de las personas en el centro de la escena», expresó el ministro de Transporte, Alexis Guerrera.

«Las y los diputados pudieron ver las estadísticas y cómo el alcohol pone en riesgo la vida, tanto la de las y los conductores como de las demás personas que circulan. Ahora, debemos dar un paso más que es conseguir la aprobación en el recinto para convertirla en ley como ya se hizo en 11 provincias y más de 40 municipios de todo el país», subrayó.

Por su parte, el director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, agradeció a los diputados de la comisión de Transportes «que dejaron de lado cualquier diferencia política y trabajaron juntos en un tema crucial para que avance una ley por un país con muchos menos muertos y heridos como consecuencia de siniestros viales generados por el alcohol al volante».

«Desde el comienzo de esta gestión planteamos que la Ley de Alcohol Cero no puede esperar. A diferencia de años anteriores, la ANSV no es empleada de los sectores poderosos que se oponen a esta iniciativa, sino que elegimos apoyarnos en los familiares de las víctimas, en los médicos, en la UBA, en la experiencia internacional y nacional para sostener la discusión. Estamos más cerca del objetivo», se entusiasmó.

El objetivo de la iniciativa, resistida por la industria vitivinícola y sectores gastronómicos por el posible impacto negativo en sus ventas, es reducir las muertes en accidentes de tránsito, la primera causa en adolescentes.

Ya existen experiencias con regulaciones de Alcohol Cero en países como Brasil, Paraguay, Chile, Colombia y Uruguay, con resultados positivos. Y 11 provincias argentinas ya prohíben el alcohol al volante: Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Tucumán y Chubut.

En los últimos diez años se superaron las 50.000 muertes y el millón de personas lesionadas por esta causa, que se cobra entre 14 y 20 víctimas por día.

Según la OMS, con una graduación entre 0.1 y 0.5 de gramos por litro de sangre es tres veces más alto el riesgo de provocar un siniestro vial que un conductor sobrio.

Por otra parte, de acuerdo a datos de la Ciudad, el alcohol está presente en casi uno de cada cuatro siniestros viales, y uno de cada tres conductores hospitalizados por accidentes de tránsito tienen alcohol en sangre.

Está comprobado científicamente que el consumo de alcohol genera una disminución de la capacidad de reacción, de los reflejos y de la capacidad para advertir un riesgo y medir un peligro.

El argentino consume un promedio de 9,8 a 10 litros de alcohol puro por año, lo que ubica al país en tercer lugar detrás de Canadá y Estados Unidos. En Latinoamérica, Argentina está al tope del ranking.