Hace dos años sus padres murieron por coronavirus y ella cargó contra Alberto y Cristina por no haber llegado a un acuerdo con los fabricantes de la vacuna Pfizer.
Lilian Melhem vive en el barrio porteño de Recoleta, a 300 metros del shopping Alto Palermo y a unas veinte cuadras del departamento de Cristina Fernández de Kirchner. Esta mujer de 61 años sería, para la Justicia, la que encargó y pagó por los afiches difamatorios contra la vicepresidenta.
Melhem presentó en las últimas horas un pedido de exención de prisión en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 5, a cargo de Manuel de Campos, frente a las versiones que daban cuenta de una orden de detención en su contra que finalmente esta tarde fue desestimada.
Los carteles que se le atribuyen fueron pegados días atrás con la foto de Cristina y un título grande que decía «Asesina. Culpable de 35.000 muertes. Elegiste negocios con Putin en lugar de salvar vidas”.
Con el patrocinio del abogado Matías Cúneo Libarona, la acusada aseguró ser «jubilada, monotributista y sostén de familia». Es «asistente en organización de eventos online y presencial». Según el anuncio que publica en su cuenta de Facebook, «se ocupa de planificar el evento y buscar el espacio».
Además, formaría parte de una sociedad comercial que alquila consultorios privados en la avenida Pueyrredón al 1400, cerca de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina y el Hospital Alemán. Hasta 2013 Melhem figuraba como directora suplente de la sociedad llamada Mimsa SA. Según registros de la AFIP, esta firma posee deudas de aportes de seguridad social, obra social y contribución patronal de la obra social desde al menos mayo de 2020.
La sospecha de los investigadores es que Melhem habría encargado los afiches contra Cristina motivada por la muerte de sus padres, ocurrida en noviembre de 2020, a causa del coronavirus.
Las pruebas en su contra surgieron a partir de la declaración de un chofer de UBER que entregó un paquete con dinero al imprentero que supuestamente confeccionó los afiches, y que fue identificado después de un análisis de las cámaras de seguridad. Cuando le allanaron la casa entregó su teléfono celular y enseguida refirió que había sido contratado por una mujer que vivía en el barrio de Recoleta.
Los motivos
El papá de Lilian, Eduardo Melhem, falleció el 7 de noviembre de 2020 por Covid-19 y su mamá, conocida como Nené, once días después. Y por la misma razón.
La acusada participó de la «marcha de las piedras» que recordó las víctimas de la pandemia, pero también sirvió como protesta por la gestión de la crisis sanitaria de parte del Gobierno actual.
Días más tarde publicó una sentida carta en la que responsabilizó a Alberto Fernández y Cristina Kirchner, a quienes sin nombrarlos llamó «dos diablos mal nacidos» y «desalmados sin vergüenza».
«Mis padres, la piedra roja…sin palabras, tanto dolor, bronca, impotencia. Quizá aún con la vacuna podrían haber tenido el mismo final, quizá también se hubieran salvado. Mañana festejaría el cumpleaños 93 de papi, y no voy a poder. Encerrados ellos, encerrados todos, x un capricho oportunista de dos diablos mal nacidos que no les importa nadie, sólo ellos mismos», dice el texto publicado en septiembre del año pasado.
Melhem puso el énfasis también en la negociación del Gobierno con la farmacéutica Pfizer, un argumento crítico apuntalado también desde todo el arco opositor. «Sólo ‘una palabra’ en el contrato con Pfizer cambió todo, pero mis padres, no tuvieron la oportunidad ya no estaban. No podemos ni debemos perdonar, jugaron con nuestras vidas y la de nuestros seres amados. #NUNCAMASK. Verlos morir así, solos, agonizantes, vulnerables, asustados y sin esperanza… Recuerdo que mis padres me decían ‘por qué no firma con Pfizer y vacuna, si no esta pandemia nos va a matar’. Tenían miedo, bronca, desconsuelo», planteó la mujer.
En el último párrafo de la carta, la acusada llamó desalmados sinvergüenzas a los gobernantes: «Sólo ruego a Dios, que haga la más dolorosa Justicia Divina para estos ‘desalmados’ sinvergüenzas que se creen poderosos, pero hasta el más poderoso cae y le llega su turno de pagar. Sólo espero tener suficiente vida para verlos caer en su más profundo y despiadado encuentro con su propia maldad».
“No tengo antecedentes”
En el pedido de exención de prisión que la mujer presentó en las últimas horas, y al que tuvo acceso PERFIL, Melhem no respondió sobre la acusación por “hurto y defraudación” pero sí se mostró dispuesta a ajustarse a derecho.
“No tengo antecedentes computables penalmente; jamás tuve denuncias en mi contra; vivo desde hace mucho tiempo (exactamente desde 2009) en un inmueble de mi propiedad junto a mi hija de 22 años. Tengo infinidad de comprobantes y constancias que acreditan mi arraigo en este país y, específicamente, en esta ciudad. Trabajo y soy el sustento de mi hogar, pese a ostentar la calidad de jubilada, y figurar como monotributista categoría E. No tengo intenciones de irme del país, ni nada que se le parezca”, dice el escrito dirigido al juez De Campos.
Más adelante la vecina de Recoleta asegura que “no es razonable” que el juez disponga su detención porque está “poniendo a disposición y certificando” que pretende “estar a derecho hasta que el hecho que se investiga se aclare, máxime el estado embrionario del sumario”. También se muestra dispuesta a “pagar una fianza, no concurrir a determinadas reuniones o acercarse a determinadas personas, y someterse a un monitoreo electrónico, aunque en este último caso entiende que sería innecesario porque debe “trabajar para procurar el sustento” de su familia.
Según fuentes judiciales, su domicilio en el barrio de Recoleta fue allanado en las últimas horas y luego el juez De Campos dispuso «dejar sin efecto la orden de detención» porque la acusada «concurrió al Tribunal a ponerse a derecho, designó abogado defensor, constituyó domicilio, aportó los elementos de interés para la investigación y colaboró» en el procedimiento judicial «aportando las llaves».
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