La investigación estará a cargo del juzgado federal de Lomas de Zamora. La denuncia es por el uso de autos, aviones, camionetas y un chalet
Este viernes, el Ministerio de Seguridad de la Nación y las autoridades actuales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria formalizaron una denuncia en la justicia por el uso de autos, aviones, camionetas y un chalet por parte de José Glinski, sus amigos y su pareja, Tamara Pettinato. Investigará el juzgado federal N1 de Lomas de Zamora
«Tamara se manejaba como una Primera Dama» explican las fuentes de la PSA. Tras la difusión del escándalo en los medios de comunicación, la propia Patricia Bullrich, el jefe actual de la cuestionada fuerza, Alfredo Hernán Gallardo y el subjefe, Miguel Ángel Martino, decidieron presentarse en los juzgados de Lomas de Zamora. Los hechos denunciados habrían ocurrido en el aeropuerto internacional de Ezeiza. No sólo allí.
Según la información que recogió la actual gestión, «Tamara Pettinato tenía un móvil utilitario no identificable» y un policía de chofer. No era la única beneficiaria por el actual diputado nacional de La Cámpora, José Glinski. El ex titular de la PSA contaba con cuatro choferes, las 24 horas del día, para atenderlo en sus asuntos públicos y privados. El abuso de bienes del Estado estaba acompañado por privilegios en el área de Migraciones de los aeropuertos utilizados por Glinski y su pareja: «Nadie los controlaba, había una orden en Ezeiza y en Aeroparque» señalan los denunciantes.
Según fuentes consultadas, los permisos «lo habría gestionado un Comisionado de PSA conocido como «Berny». Se trata de Bernardo Ribeiro por orden de sus superiores.
Pettinato, además, tenía una camioneta extraída de un «depositario judicial» para viajar a Comodoro Rivadavia a ver a su pareja.
No sólo eso. Glinsky trasladaba a familiares y amigos con los choferes de la PSA.
La casita de la PSA
La PSA utilizaba para charlas, encuentros y fiestas privadas un chalet ubicado en Martínez, partido de San Isidro, que incluía una piscina y estaba resguardada por «depositario judicial» tras un allanamiento a una banda narco.
El personal de Limpieza de PSA debía limpiar el súper chalet todos los lunes tras las «fiestas privadas». Salían horrorizados con los hallazgos en los pisos de los 1300 mts con pileta del chalet en el que actualmente habitan dos testigos de identidad reservada por el régimen de Protección de Testigos
El chalet ubicado a pocas cuadras del Río, había sido cedido a la Policía de Seguridad Aeroportuaria en un acto con Presidencia de la Nación en diciembre del 2020, en plena pandemia. El chalet formaba parte del inventario de los bienes que controla el Estado y se lo otorgaron a la PSA para la realización de cursos y estadía de los integrantes de la fuerza que llegasen del interior del país. No fue así.
Por el chalet habrían pasado Glinski, sus amigos y su pareja, Tamara Pettinato, la mediática que se grababa videos con el ex Presidente Alberto Fernández, diciéndole que lo amaba pero que lo mandaría a matar.
Extrañamente, el súper chalet se quedó sin electrodomésticos, «Quedó pelado» denuncian los empleados de PSA.
Consultado por NA, Julio César Bono, Director de Prensa y Difusión de PSA, aclara que Gallardo y Martino, la cúpula de la fuerza, «no formaban parte de la gestión anterior» y que se denunció «los hechos ocurridos con la camioneta Berlingo y el chofer de Tamara Pettinato». También se hizo lo propio con «las actividades que se llevaban a cabo con el chalet de Martínez» y «el control –o falta de control- de los protocolos por parte de la PSA en la pandemia».
La decisión es ir a fondo, caiga quien caiga. «De Glinski se puede esperar cualquier cosa» dicen en PSA. José Glinski es oriundo de Comodoro Rivadavia, Chubut, localidad que solían visitar con Pettinato en autos, camionetas y aviones de la fuerza. Actualmente es diputado nacional. Sobre los videos de su pareja con Alberto Fernández, Glinski dijo que «se trata de una operación política».
Será el juez, Federico Villena, quien deba investigar a fondo el accionar de Glinski que, meses antes de dejar el cargo, autorizó una compra directa por más de 17 millones de pesos para artículos para un gimnasio destinado al entrenamiento de los cadetes del Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria –ISSA-. «El problema es que nunca vieron a un cadete» cuentan en Ezeiza. El oferente ganador resultó ser un local minorista de artículos deportivos ubicado en Ramos Mejía, Partido de la Matanza, llamado Sonnos SA.
No fue la única compra directa que llamó la atención a la actual gestión: «En jardinería se gastó una fortuna como si tuviese a su cargo un parque nacional».
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