El candidato a Presidente encabezó, en el anochecer de este sábado, una masiva movilización por la costanera correntina. Lo rodeó todo el colorido y la euforia de La Libertad Avanza con una importante mayoría de jóvenes. Llegaron contingentes del interior provincial y de Chaco.
«Se siente, se siente, Milei presidente». «La casta tiene miedo, la castaaa tiene mieedooo». «Milei, querido, el pueblo está contigo». Así, con esos cánticos futboleros, una muchedumbre esperaba frente al Hotel de Turismo de Corrientes que el candidato a Presidente por La Libertad Avanza saliera a saludarlos antes de iniciar la caravana por la costanera, tal como estaba programada.
La tarde correntina ardía con los 38 grados de sensación térmica cerca de las 18, pero el ánimo de los libertarios seguía tan alto como la marca del mercurio, en un atardecer de sábado que poco después sería bastante convulsionado en la zona del parque Cambá Cuá y la costa capitalina, el trayecto de la movilización que encabezó Javier Milei en el marco de su campaña electoral.
Antes de arrancar lo esperaba -impaciente- una importante cantidad de militantes y simpatizantes, la mayoría jóvenes.
¿La ornamentación? Había de todo: carteles de la LLA de Chaco y Corrientes, varias banderas libertarias y con el emblema del perfil de un león sobre el fondo amarillo. Hasta una enorme careta leonina y un par de motosierras, emblema del recorte al Estado que propone el economista.
El cartel que llevaba una mujer llamó la atención. «Omanó la casta en Corrientes», decía la pancarta cuya autora debió explicar a varios que la traducción al castellano de la primera palabra en guaraní es: «Murió».
La concentración frente al Turismo debió extenderse un poco más de lo previsto: había que esperar hasta las 19:30 para transitar por la costanera y no superponerse a una maratón que se realizaba a la misma hora en que se había programado la movilización mileisista. Pero tanta espera empezó a meter presión a la organización y se tuvo que pedir a Milei que se asomara a uno de los balcones del hotel, los que dan a calle Pellegrini, frente al Cambá Cuá.
Ese fue el momento de mayor estallido militante. Poco después del breve saludo de Milei, se dispuso todo el operativo para la salida hacia la costanera. Exactamente dos minutos antes de las 19, media docena de camionetas estaban repletas en sus cajas y asientos para partir. El candidato fue en una de ellas.
No sin mucho esfuerzo, entre bocinazos, vivas, cánticos y motosierras acelerándose al aire, se abrió paso la caravana desde la esquina de calles San Luis y Pellegrini hacia Chaco y costanera, donde finalmente subió Milei a la parte trasera de una de las camionetas y la euforia de la gente llegó al tope, ya en el caluroso anochecer correntino.
Parado en la caja de la pick up negra, el libertario saludó a diestra y siniestra; también tuvo tiempo para firmar unos autógrafos sobre carteles y banderas. Incluso recibió algunos regalos que le acercaron desde un apretujado gentío que sólo permitía al vehículo avanzar a paso de hombre. Hasta levantó una pala que le alcanzaron.
De esta manera, Milei mostró poderío en Corrientes, en un lugar emblemático de la ciudad y con todo el cotillón partidario y las consignas principales con que magnetiza su mensaje. «Oh, que se vayan todos, que no quede ni uno solo», se desgargantaban, por ejemplo, un par de chicos embanderados con el perfil negro del león sobre la tela amarilla. Toda una síntesis de la locura desatada en el trayecto por la costa correntina. G. L.
Una partida agitada y de éxtasis libertario
«¡Viva la libertad, c…!», gritó un muchacho y la respuesta en coro fue automática: «¡Viiivaaa!». Esa fue como la voz de partida de la caravana en la zona del Hotel de Turismo. En una de las pick up que acompañaron la fila fueron los candidatos locales de Milei: Lisandro Almirón, Miguel Yancovich, Ezequiel «Teke» Romero y Andrea Codello, entre otros.
Apenas pudieron andar los primeros metros hasta que la muchedumbre se corrió hacia las veredas. «Mileiiii, ponele presaaa a Cristinaaa», gritó en la partida de los vehículos una mujer que exigió al máximo su garganta.
Por momentos, la caravana llegó a sorprender por tanta euforia y tanto éxtasis libertario.
Fuente: Diario Epoca
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