En su visita a Corrientes el presidente cuestionó al exministro de Economía, lo calificó como «empleado de Larreta». También apuntó contra el Congreso por no haber aprobado su ley ómnibus, por lo que los comparó con un «nido de ratas» y aseguró que «son una mierda».
El presidente Javier Milei viajó este lunes a Corrientes en el marco de los actos por el 10° aniversario del Club de la Libertad. Allí, en un pasaje de la entrevista que le realizó un medio local, trató de «basura» y «traidor de las ideas» a Ricardo López Murphy y aseguró que es «un empleado de (Horacio Rodríguez) Larreta». A su vez, profundizó su enfrentamiento contra el Congreso de la Nación, al que comparó con un «nido de ratas» y aseguró que los políticos «son una mierda».
En una convención del pensamiento liberal-libertario en Corrientes, en la que el jefe de Estado se reivindicó a sí mismo como «anarcocapitalista» y llamó a combatir al Estado «desde adentro», no tuvo piedad con quien hasta hace pocos años estaba en la misma vereda política. Al recordar las elecciones del 2021, donde pisó fuerte como candidato a diputado nacional e irrumpió en la escena política como la gran relevación de las urnas, Milei hizo referencia al armado político que se había intentado hacer reuniendo en un mismo espacio a toda la dirigencia liberal-libertaria.
El «bulldog» había sido parte inicialmente de ese espacio, pero pronto se bajó del barco y se subió al armado paralelo que había pergeñado el entonces jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para contener el voto de «derecha» dentro de Juntos por el Cambio, en una competencia interna contra la lista principal que encabezaba María Eugenia Vidal. «Veníamos avanzando fuerte. El señor Larreta creó una lista alternativa encabezada por el traidor López Murphy, que es un traidor de las ideas», rememoró con rabia el presidente.
«Entre otras cosas, por su gente me hacía tratar de nazi o decirme que era kirchnerista de buenos modales, kirchnerista de derecha o castrista», siguió. «Alguien que trabajaba para un socialdemócrata con vocación intervencionista (en alusión a Rodríguez Larreta). En lugar de disputarle la interna a Vidal se dedicaba a ensuciarme a mí. Es bueno que se sepa quiénes se disfrazan de liberales y son verdaderas basuras que van en contra de las ideas y eso vale para los que iban en la lista también», sentenció Milei, lapidario.
«Hay una frase en política que dice ‘el que traiciona una vez, traiciona siempre’. Por eso, como dije hace poco, para los traidores no hay tabula rasa. Así que, ahora, cuando lo ven tratando de salvar el capítulo 4 de la Ley Bases, no le crean, en realidad está tratando de dinamitar mi programa económico para que me pegue una piña, porque sigue siendo empleado de Larreta», concluyó el presidente.
En esa lista que encabezaba López Murphy, el único que logró catapultarse una banca, estaban, entre otros, la científica Sandra Pitta, Gustavo Segré, María Eugenia Talerico y Franco Rinaldi. A su vez, como candidatos a legisladores porteños compitieron Roberto García Moritán, Marina Kienast y Yamil Santoro.
Milei contra el Congreso: «Es un nido de ratas»
En otro orden, Milei continuó con su catarata de agravios al Congreso de la Nación, al que llamó «nido de ratas». «Ellos parten del supuesto de que la gente los ama y yo parto de un supuesto de que son una mierda y que la gente los desprecia», fustigó. Luego, afirmó que la ley ómnibus y su DNU promovían “estructuras de mercado competitivas y eliminan un montón de privilegios” y dijo: «Sin embargo, se opusieron ferozmente. Es raro, ¿no? Bueno, no es raro, cambiemos el supuesto de que los políticos no son ángeles, sino soretes, y ahí les va a dar bien el cálculo”, remarcó sobre el final del foro.
Milei volvió a referirse a Lali: «Agentes de propaganda política»
En el mismo evento, el presidente sostuvo que «nunca hay que abandonar la batalla cultural» y volvió a referirse a sus discusiones con la cantante pop Lali Espósito: «Hay mucha gente que no entiende algunas cosas que hago. Por ejemplo, si yo de repente decido discutir con un artista popular, el problema no es el artista popular. Ustedes se imaginan que yo me ponga a hablar de Gramsci (teoría sobre la toma de poder) y cómo interactúan los medios de comunicación y la cultura…. a nadie se le ocurre preguntarme sobre eso», comparó.
«Ahora, si yo, mediante una discusión de esas características, te traigo a la mesa todos los excesos que cometen gobernadores e intendentes con los recursos usurpados del sector privado…», argumentó su ensañamiento con Lali. Al respecto, opinó que los políticos usan «el dinero para transformar la cultura, utilizan a artistas para vender el pescado podrido», e hizo un paralelismo «con lo que hacen la educación pública y los medios de comunicación».
«Esto, por ejemplo, a mí me sirvió para dejar de manifiesto cómo el señor Quíntela decía que no tenía plata, pero gastaba una fortuna pagando recitales de artistas que no hubieran podido cobrar eso en situación de mercado», cuestionó al gobernador de La Rioja. Para el presidente libertario, «esos artistas militaban una determinada idea y se dedicaban a ensuciar a los que adhieren a la libertad, con lo cual dejaron de ser artistas para convertirse en agentes de propaganda política que son financiados robándole la plata del bolsillo a la gente», aseguró.
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