Los candidatos buscaron elevar el tono del encuentro de Santiago. Massa se mostró resuelto, pero obligado a devolver duras críticas por la inflación, la pobreza y la corrupción. Milei insistió con el tono doctoral, pero recibió estocadas por el tema venta de órganos y la portación de armas y falló cuando lo presionaron con la integración de sus listas. Bullrich recuperó la iniciativa, golpeó a Massa y Milei, pero careció de propuestas. Schiaretti y Bregman no lucieron, y la trotskista tropezó por la falta de condena a Hamas por la masacre en Israel.
Los cinco candidatos presidenciales se enfrentaron cara a cara en el segundo debate presidencial previo a las elecciones generales del 22 de octubre. A los cruces y chicanas de tinte electoral, sumaron estrategias diferenciadas para intentar mejorar su desempeño luego del primer encuentro en Santiago del Estero.
Desde el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (FIT) protagonizaron el intercambio de ideas en torno a tres ejes temáticos: «Seguridad»; «Trabajo y producción», y «Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente».
A lo largo de casi dos horas, los aspirantes a la Casa Rosada cruzaron ideas, propuestas y chicanas centradas en uno de los ejes más calientes del encuentro: la política de seguridad. Otros temas presentes que escaparon a lo estipulado fue la mención al ataque de Hamas a Israel y las diferencias de criterios entre los candidatos, a pesar de que la política internacional no fue elegida por la ciudadanía como un eje a debatir. También hubo referencias a la política económica, protagonista del primer debate presidencial, un dardo que utilizaron los candidatos contra el candidato del oficialismo.
Desde un primer momento, los candidatos buscaron elevar el tono del primer debate presidencial en Santiago del Estero. Massa se mostró resuelto, pero obligado a devolver duras críticas por la inflación, la pobreza y la corrupción. Milei insisitió con el tono doctoral, pero recibió estocadas por el tema venta de órganos y la portación de armas. Bullrich recuperó la iniciativa en materia de seguridad, intentó golpear a Massa y Milei, pero careció de propuestas, algo que una vez más sus rivales le enrostraron. Schiaretti y Bregman no lucieron, y la trotskista tropezó con la falta de condena a Hamas por la masacre en Israel y, en cambio, mencionó la «ocupación del territorio y el Apartheid» contra Palestina.
El cierre de Milei, Massa, Bullrich, Schiaretti y Bregman en el segundo debate presidencial
El final del segundo debate presidencial constó de una alocución breve de cada uno de los candidatos. El primero en hablar fue Javier Milei, que apuntó contra sus rivales calificando de «pantomima irritante» al debate. «Los políticos que hace 40 años empobrecen a los argentinos se encuentran en TV abierta para explicar las soluciones de los problemas que ellos mismos causaron. Ninguno pidió perdón», disparó el libertario.
El candidato del oficialismo, Sergio Massa, volvió a hacer un llamado a la sociedad para «evitar ir a votar con bronca y odio», lo que implicaría un «salto al vacío» frente al «modelo de producción y desarrollo» que él propone. Si bien en general intentó diferenciarse de su paso por el actual gobierno, Massa apuntó que «estamos saliendo de una crisis, la peor en 20 años», en referencia a las constantes críticas de sus rivales, pero que «lo peor ya pasó».
La líder de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, leyó su discurso que se condijo con el eje de su campaña: polarizar con el kirchnerismo. «Soy una luchadora. Luché toda la vida contra los corruptos y poderosos que se creen dueño de todo, contra los que arruinaron a este país hermoso, los que abusaron del poder que tienen. A estos tipos nos los derrotas con discursos lindos sino siendo más fuertes que ellos», dijo.
La candidata del FIT, Myriam Bregman, se diferenció del resto y manifestó que en su espacio «no son sometidos ni cómplices». Destacó que se vienen tiempos difíciles y que no se saldrá con «salvadores individuales». «Esta lucha necesita que te involucres, a trabajadores, jóvenes y mujeres les pido eso, porque necesitamos enfrentar lo que viene, defender los derechos e ir por más», dijo, resaltando la «importancia de tener diputados y diputadas de izquierda en el Congreso que no se van a vender».
El gobernador cordobés Juan Schiaretti, del frente «Hacemos por nuestro país», cerró su participación en el segundo debate presidencial posicionándose como el candidato por fuera de la grieta. «No está escrito en ningún lado que estemos condenados al fracaso. Al fracaso nos llevaron el kirchnerismo y el macrismo», dijo.
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