EE.UU. autorizó la aplicación de la Pfizer para los menores de entre 12 y 15 años. Moderna afirma que su droga es segura y eficaz en adolescentes. Pero, ¿qué pasa con los antídotos que se aplican en la Argentina?
Los laboratorios juegan la carrera para tener los antídotos perfectos contra el coronavirus para los menores de edad. Estados Unidos, productor de varias de las drogas que generan inmunidad contra el SARS-CoV-2, ya autorizó el uso de la Pfizer-BioNTech en menores de entre 12 y 15 años. En tanto, Moderna demostró ser efectiva en adolescentes de entre 12 y 17 años y no tuvo problemas de seguridad nuevos o importantes en un ensayo clínico, lo que podría preparar el escenario para una segunda inoculación a niños en edad escolar que se autorizaría en julio.
El ensayo de Moderna (autorizado para adultos mayores de 18 años) evaluó la fórmula en 3.732 adolescentes de entre 12 y 17 años, dos tercios de los cuales recibieron la vacuna y un tercio, un placebo. El objetivo principal era producir una respuesta inmune a la par con la observada en el gran ensayo de fase 3 de la compañía en adultos, que tuvo una efectividad de 94,1% en la prevención del COVID-19. Los reguladores estadounidenses tardaron cerca de un mes en revisar un estudio similar de Pfizer/BioNtech, que fue autorizada para las edades de 12 a 15 años el pasado 10 de mayo. Si Moderna recibe el mismo tratamiento, su autorización llegaría a principios de julio.
Qué pasa con las vacunas que se aplican en la Argentina
Las perspectivas que hay con la AstraZeneca, la Sputnik V y la Sinopharm para menores de edad no son muy alentadoras hasta el momento. A eso, se le suma que el plan de vacunación en el país avanza a paso lento en adultos.
Los desarrolladores de la vacuna rusa Sputnik V demostraron su enojo frente a la demora de la aprobación para la aplicación de su antídoto en menores de edad. Alexander Ginzburg, director del Centro Gamaleya, dijo en diálogo con la agencia rusa Ría Novosti: “Estamos empezando a retrasarnos y pronto lo haremos irrevocablemente. Es decir, nuestros niños no estarán protegidos, a pesar de que fuimos los primeros en registrar la vacuna (para menores)”.
Ginzburg insistió en los medios rusos sobre la necesidad de “obtener el permiso para usar la vacuna Sputnik V en niños”. Además, afirmó que “los adolescentes mayores de 14 años no tienen contraindicaciones fisiológicas” con su vacuna. No obstante, las demoras en su aprobación inevitablemente impactarán en la Argentina.
En lo que respecta a la vacuna china Sinopharm -también administrada en el país-, no hay novedades sobre la inmunización a los menores de edad. Algo similar sucede con la vacuna Oxford-AstraZeneca, desde que, en Inglaterra, se suspendió su ensayo (estaba en fase 2) que se llevaba a cabo en 300 voluntarios de entre 6 y 17 años.
Tras la polémica mundial generada por los casos de trombosis en algunos adultos que habían sido inoculados con la AstraZeneca -prohibida ahora en varios países-, las investigaciones sobre la eficacia del antídoto en chicos y adolescentes quedaron en la nada.
Lo que sabe hasta el momento es que la suspensión de los ensayos durará hasta que la agencia reguladora del medicamento del Reino Unido (MHRA) proporcione más información sobre los posibles efectos adversos de esta vacuna. “Aunque no hay preocupación sobre la seguridad en el ensayo clínico pediátrico, Oxford decidió esperar información adicional del MHRA en su investigación de casos raros de trombosis antes de administrar más vacunas”, dijeron. Con la Sputnik trabada y pocas noticias de las demás farmacéuticas, parece que las vacunas para menores de edad están lejos de llegar a aplicarse en breve en la Argentina.
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