14 enero, 2025

Día Mundial de la lucha contra la depresión: cinco señales de alerta

El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la depresión, una fecha para crear conciencia sobre la importancia de reconocer los síntomas de este trastorno mental. Detectar a tiempo puede hacer la diferencia en la calidad de vida de quienes lo padecen.

Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la depresión, una fecha clave para visibilizar este trastorno mental que afecta a aproximadamente 280 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Este día busca crear conciencia sobre la importancia de identificar las señales de alerta de la depresión y brindar apoyo a quienes la padecen. El diagnóstico precoz es crucial para prevenir que la enfermedad impacte negativamente la calidad de vida de quienes la sufren.

La depresión puede tener efectos devastadores si no se trata a tiempo, afectando tanto la vida cotidiana como las relaciones interpersonales. Reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional son pasos fundamentales para abordar este problema. Además, es importante considerar los factores de riesgo que influyen en el desarrollo de la depresión, como situaciones traumáticas, antecedentes familiares y condiciones sociales adversas.

Cinco señales de alerta de la depresión

La depresión es un problema de salud mental que puede afectar a cualquier persona, sin importar su edad o situación. Aunque es normal sentirse triste en algunos momentos, si los síntomas duran mucho tiempo, puede tratarse de una depresión. A continuación, te mostramos cinco señales importantes que podrían indicar su presencia:

  • Estado de ánimo bajo constante: Las personas con depresión suelen sentirse tristes, vacías o sin esperanza casi todo el tiempo. En niños y adolescentes, esto puede notarse como irritabilidad o enojo. Este estado dura días, semanas o más, afectando las actividades diarias y la relación con los demás.
  • Pérdida de interés en actividades: La depresión puede hacer que las personas pierdan el interés o placer por cosas que antes disfrutaban, como pasar tiempo con amigos, practicar deportes o hobbies. Esto puede llevar al aislamiento y afectar su bienestar.
  • Cambios en el peso, apetito o sueño: Puede haber problemas para dormir (insomnio) o dormir más de lo normal (hipersomnia). También pueden ocurrir cambios en el apetito, como comer menos o en exceso, lo que afecta el peso.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa: Las personas con depresión suelen pensar de forma negativa sobre sí mismas. Pueden sentirse inútiles o culpables, lo que dificulta concentrarse, tomar decisiones o realizar tareas diarias.
  • Pensamientos sobre la muerte: En casos graves, pueden aparecer pensamientos sobre la muerte o el suicidio. Si esto ocurre, es urgente buscar ayuda profesional para prevenir riesgos.

¿Por qué es importante reconocer estas señales?

Reconocer las señales de la depresión es esencial para actuar a tiempo y prevenir complicaciones. Identificar los síntomas en etapas tempranas permite buscar ayuda profesional, evitar que la condición empeore y proteger la calidad de vida de quien la padece.

La detección temprana no solo facilita un tratamiento más efectivo, sino que también ayuda a reducir el impacto de la depresión en las relaciones personales, el rendimiento laboral o académico y el bienestar emocional. Cuanto antes se intervenga, mayores serán las posibilidades de recuperación y de retomar una vida plena.

Los sentimientos de la familia y los amigos

Ante los síntomas que evidencia la persona deprimida, los seres queridos muchas veces no saben cómo actuar. A la vez, a los afectados por este trastorno les suele ser difícil expresar lo que sienten, por lo que también les cuesta pedir ayuda.

“Es muy frecuente encontrarse con sentimientos de impotencia, bronca, frustración y tristeza en los familiares. Los miedos pueden aparecer bajo distintos formatos”:

  • Miedo a no saber cómo ayudar: dificultad a la hora de abordar la situación sin saber cómo puede resultar la intervención. Implica impotencia, bronca.
  • Miedo a perder a la persona: la intensidad y frecuencia de los síntomas puede variar y llegar a situaciones de riesgo.
  • Incertidumbre en cuanto al futuro: no tener certezas en cuanto a la evolución del cuadro y sus consecuencias.
  • Autoexigencia y culpa: hacernos responsables del dolor del otro y cuestionarnos si estamos haciendo lo suficiente.

Santángelo acotó: “Uno se empieza a sentir incapaz de ayudar o aliviar a la persona que uno quiere, que uno ama. También es común sentirse muy triste por el sufrimiento de un ser querido. Y aparece el miedo a que esta persona con problemas depresivos se autolesione o tenga algún intento de suicidio. También puede surgir el temor a que la persona que está deprimida nos rechace y no quiera recibir nuestra ayuda”, afirmó el psicólogo.

Por otro lado, si los padres o cuidadores detectan posibles síntomas de depresión o cambios abruptos en el comportamiento de los niños o adolescentes, “es importante hablar con ellos, indagar cómo están todos los aspectos de su vida, ver de qué manera pueden expresar sus emociones y poner en palabras lo que les pasa”, dijo el licenciado Jurado.

Y agregó: “Se puede involucrar a otros adultos como maestros de la escuela o jardín, entrenadores o personas afines a las actividades para ver de qué manera ellos vienen acompañando el proceso educativo e informen su visión. Luego, consultar con profesionales de la salud mental, quienes van a poder diagnosticar, acompañar en el proceso clínico, y sugerir un tratamiento para generar un mejor bienestar psicológico y emocional”.

Depresión: qué frases evitar

Según la Clínica Mayo, las personas con depresión pueden no saber o negarse a admitir que están deprimidas: “Tal vez desconocen los síntomas de la depresión y piensan que sus sentimientos son normales. Con frecuencia, sienten vergüenza de su depresión y creen, de manera errónea, que deberían poder superarla solo con fuerza de voluntad”.

¿Qué no hay que decirle a una persona con depresión? “A veces, creyendo que se puede ayudar, sin mala intención, se dicen cosas que generan la sensación de incomprensión”, señaló Santángelo.

Así, frases frecuentes de “aliento” como “‘Tenés que ponerle ganas’; ‘No estás colaborando’; ‘Deberías ser más fuerte’ o ‘Tenés una vida hermosa y no la valorás’, no se las debería decir a las personas deprimidas”, explicó Germani. Y brindó las siguientes recomendaciones sobre lo que se debe evitar:

  • No minimizar su dolor: evitar desestimar los motivos del dolor, por ejemplo, con frases del tipo ‘Te hacés problema por nada’, ‘Estás dramatizando demasiado’.
  • No ofrecer soluciones rápidas o tóxicas: “Las crisis son un quiebre que requiere rearmarse, eso lleva tiempo. El tiempo es personal y único del que lo padece”, expresó la psicóloga.
  • No tomarlo como algo personal: “Comprender que al estar afectadas las ganas, y con el dolor a cuestas, la persona que padece puede volverse irritable o poco predispuesta a sostener las actividades que solía tener. Respetar los tiempos, sin forzar o recriminar”.

Por su parte, Santángelo recomendó no presionar, “para que la persona de alguna manera resuelva ya lo que le está pasando”. Y agregó: “No ignorar los signos de peligro. Si la persona comenta que tiene pensamientos suicidas o se ha generado alguna autolesión tenemos que tomar medidas de forma inmediata”.

Cómo brindar apoyo y contención emocional

Las recomendaciones de los expertos son:

  • Escucha activa y sin juicio: escuchar sin presionar y respetando los tiempos, sin emitir juicios de valor acerca del dolor, expresó Germani. “Es importante dar el espacio a la persona para que pueda contarnos lo que piensan, lo que sienten, sin interrumpirlos ni juzgarlos”, recomendó Santángelo.
  • Motivar a buscar ayuda profesional: la depresión es una condición clínica frecuente y prevalente, que tiene tratamiento y puede revertir, dijeron los expertos.
  • Validar sus emociones: “El dolor de cada uno es válido, no todos sufrimos por los mismos motivos”, señaló Germani. Además, “es importante reconocer que el sufrimiento que tienen es real”, añadió Santángelo.
  • Ser paciente y consistente: “No existen soluciones mágicas. Proponerse el cambio es el inicio del proceso”, dijo Germani.
  • Ayudar en tareas prácticas: “La depresión afecta las emociones, la cognición y nuestro físico. Las actividades de la vida diaria pueden ser difíciles de sostener. Colaborar con estas tareas es útil inicialmente”, expresó la psicóloga.
  • Animar la conexión social: “El aislamiento es frecuente en los cuadros depresivos. Empezar a retomar algo del contacto social es importante, respetando los tiempos y las formas del paciente”, recomendó la experta del Hospital de Clínicas.
  • Ser paciente. “Un tema importante en el acompañamiento es tener en cuenta que a veces la recuperación de la depresión es un proceso lento. Una de las cosas que uno podría hacer también es al ver ciertos cambios positivos, celebrar esos avances”, dijo Santángelo.
  • Estar presentes y disponibles. “A veces una llamada telefónica, una visita, un mensaje para recordar que nosotros estamos. Es importante que esa presencia nuestra sea constante, pero no invasiva ni obligada”, afirmó el psicólogo.
  • Ayudar a tener hábitos más saludables. “Empezar a hacer actividades placenteras, sencillas. Si a la persona le gusta ir a caminar, salir a caminar con ella, ir a tomar un café”, ejemplificó Santángelo.

Y aclaró que es importante reconocer qué es lo que podemos (y no) hacer por el otro. “O sea, cuáles son nuestros límites en todo esto. Porque si no reconocemos nuestros límites, vamos a intentar hacer cosas que no podemos lograr y eso nos va a frustrar y sensibilizar de alguna manera la relación. Estos límites saludables son un acto de cuidado hacia el otro y hacia nosotros mismos”.

Finalmente, Santángelo concluyó: “En la contención emocional la empatía es importante. La contención y la compañía pueden activar la esperanza y reforzar la autoestima. No somos perfectos y todos podemos caer en depresión. Eso no nos hace peores personas. Todos tenemos recursos positivos y valiosos. Las crisis personales, son personales. Nadie puede resolver por mí lo que siento. Ese es el proceso. Acompañar sin presionar, escuchar sin juzgar, y estar sin obstaculizar”.

Fuente: Licenciada Sandra Germani (MN 34699), coordinadora del Programa Neurociencia del Bienestar en el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA)