En la semana Mundial de Huevo, los expertos afirman que no aporta colesterol, ni gluten, ni lactosa. Se trata de un alimento “comodín” tanto para diabéticos como para celíacos y alérgicos a la leche. Qué otros beneficios tiene
Uno de los alimentos recomendado por los nutricionistas es el huevo, que afirman que su ingesta debería formar parte de la dieta habitual de las personas.
A pesar de que durante muchos años se asoció al huevo con el aumento del colesterol, se comprobó en realidad que lo que más lo sube es el alto consumo de grasas saturadas y el bajo consumo de las insaturadas, y no así el colesterol contenido en los alimentos. En la semana Mundial de Huevo, los expertos afirman que tampoco aporta carbohidratos, ni gluten, ni lactosa, lo que lo convierte en un alimento “comodín” tanto para diabéticos como para celíacos y alérgicos a la lactosa. A nivel calórico, aporta aproximadamente 75 calorías, como una fruta mediana y contiene proteínas comparables a las de otros alimentos.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Castilla, en España, encontró que comer un huevo por día puede ayudar a disminuir el Índice de Masa Corporal y a aumentar el porcentaje de masa magra, que es el peso total del cuerpo -los órganos, la piel y los huesos- sin contar las grasas. “La asociación entre el consumo de huevos y la composición corporal está mediada por las proteínas. Este hallazgo es importante desde la perspectiva de la salud pública, ya que sugiere que un mayor consumo de huevos (cinco por semana o uno por día) puede conducir a una composición corporal más saludable, especialmente debido a una mayor ingesta de proteínas”, indicaron los autores de la investigación.
La Semana Mundial del Huevo se celebra del 10 al 14 de octubre para recordar los beneficios y propiedades que tiene para la salud. Se encuentra entre los alimentos más nutritivos del planeta: un huevo grande proporciona 13 vitaminas y minerales esenciales y 6g de proteína de alta calidad, entre otros factores positivos para la salud.
El consumo actual de huevos en Argentina se ubica en las 300 unidades por año per cápita, ubicando a nuestro país en el quinto puesto a nivel mundial después de México, Japón, Rusia y Colombia. Es muestra del crecimiento sostenido en el consumo en los hogares y da la pauta del lugar que ocupa este alimento en el mapa nutricional nacional.
“Los argentinos han aprendido a jerarquizar su dieta, a tal punto que el consumo de huevos en el país se mantiene con una curva ascendente año tras año. El país cuenta con más de 1.000 granjas avícolas en actividad y con un parque productivo de gallinas ponedoras compuesto por 48 millones de aves. Los establecimientos actuales se encuentran en 18 provincias del país, siendo los más importantes los ubicadas en Buenos Aires con el 41%, Entre Ríos con el 25%, Córdoba con el 8%, Mendoza con el 6% y Salta con el 5%, entre las principales. Durante este 2022 se espera que se produzcan más de 14 millones de unidades de huevos”, precisó Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA).
¿Cuál es el impacto que este alimento tiene para nuestra salud?
-Alto aporte nutricional: A diferencia de otros alimentos como el trigo y arroz, la calidad proteica de los huevos supera el 100%. Las proteínas del huevo contienen los 9 aminoácidos esenciales para el organismo. Las proteínas están formadas por una o varias cadenas de aminoácidos (las enzimas, las hormonas, los anticuerpos, etc.) y, por ejemplo, el huevo aporta los 9 aminoácidos esenciales para el organismo. Estos son importantes para la salud porque no solamente ayuda a la formación de masa muscular del cuerpo, también, forman parte de la sangre, las hormonas y anticuerpos.
-Por su bajo impacto y costo accesible en comparación con las demás proteínas animales: El huevo es uno de los alimentos con mejor relación costo/beneficio, bajo en calorías (75 calorías por unidad), accesible todo el año y muy fácil de preparar.
-Porque es un complemento ideal para el rendimiento deportivo: La ingesta diaria de 2 huevos permite cubrir más del 15% de las IR de vitamina A, E, B2, niacina, hierro, zinc y selenio, y más del 30% de las IR de vitamina B12, ácido pantoténico, biotina, colina y fósforo de adultos entre 20 y 49 años.
¿Cómo conservarlos y saber si están frescos?
Los huevos deben conservarse siempre entre 7 y 15ºC, y su duración es de aproximadamente 28 días desde la puesta. Se los considera extra frescos cuando se limita su plazo de consumo hasta 9 días. Lo aconsejable es consumir sólo aquellos que estén con su cáscara bien limpia y no rota. Se pueden cepillar antes de guardar, además hay que tener en cuenta cómo reconocer si están frescos o no. Para ello existen varios métodos:
-Ya cocido y cortado de manera vertical, cuanto más centrada esté la yema más fresco es el huevo, cuanto más de lado esté, menos fresco será.
-Cuando se lo sumerge en agua crudo (entero), si el huevo va hacia el fondo del recipiente es que está fresco. Si queda de forma intermedia, puede que tenga ya una semana, pero si flota está poco fresco. Esto sucede porque su cámara de aire (espacio entre la cáscara y la clara, formada por membranas de protección) aumenta a medida que pasan los días, a más cámara de aire, el huevo flota y menos fresco es.
-Cuando el huevo se parte en crudo, se considera que no es fresco cuando su clara es muy fluida, muy líquida y su yema está aplastada y poco consistente.
Otra cuestión interesante son aquellos mitos que se crean a la hora de elegir este producto en el lugar de compras, Javier Prida explica que “para saber si un huevo es apto para el consumo, al ojo humano podemos comprobar su aspecto externo, que no esté roto o fisurado, que no esté sucio. Luego podemos moverlo como un sonajero, sí sentimos que la yema va y viene, el huevo es viejo, de lo contrario es fresco. También podemos hacer la prueba de agua: en un bol con agua se colocan los huevos y los que flotan más de la mitad no están aptos para consumir”. Además “Que un huevo tenga sangre adentro es porque este no proviene de gallinas ponedoras para consumo, sino que provienen de reproductoras (lo que está prohibida su venta). Los aprobados para el consumo generalmente no tienen sangre, pero, si así fuera, y tienen apenitas un punto sanguinolento se puede consumir normalmente”.
Salud animal y sustentabilidad dentro de la cadena productiva
Juan Esteban Calvo, Director de la Unidad de Avicultura de MSD Salud Animal Región Sur, comentó que “es fundamental que, dentro del eslabón, las gallinas ponedoras estén vacunadas para mantener las aves sanas y evitar trasladar riesgo a la salud del consumidor”. El experto afirmó que sin la correcta vacunación las aves se exponen a enfermedades como la Laringotraqueitis, la Bronquitis infecciosa y la Salmonella, entre otros patógenos. “Como la salud animal y humana están interconectadas, algunas de estas enfermedades, como es el caso de la Salmonella, pueden presentar un peligro para la salud de las personas y también producir grandes pérdidas económicas en la cadena de producción. Por lo tanto, para evitar y prevenir esto, las empresas productoras cumplen con estándares de producción los que son regulados por el SENASA”, sostuvo.
Otro punto a favor es el cuidado del medio ambiente, debido a que los huevos son una fuente de nutrición sostenible por ser proteínas de bajo impacto. Lo que ha dado como resultado que tengan la huella de carbono más baja en comparación con otras proteínas de origen animal y comparables con algunas de origen vegetal. Por lo cual requieren poco uso de agua; más o menos la huella de un huevo es de 29 litros por gramo de proteína, en comparación, a las nueces (proteína de origen vegetal), que tienen una huella de 139 litros por gramo.
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