Así lo informó un estudio reciente del Karolinska Institutet, en Suecia, publicado ayer en el Journal of the American College of Cardiology. Los investigadores buscaron comparar el efecto del alprostadil y los inhibidores de la PDE5 en personas que tuvieran enfermedades coronarias
Los hombres con enfermedades arteriales coronarias estables que tomen Viagra debido a la impotencia podrían vivir más tiempo y tienen un menor riesgo de sufrir un nuevo ataque cardíaco, de acuerdo a un estudio elaborado desde el Karolinska Institutet, en Suecia, publicado en el Journal of the American College of Cardiology.
La impotencia puede ser una señal de alerta temprana de enfermedad cardiovascular en hombres sanos y se trata localmente con alprostadil, que dilata los vasos sanguíneos para que el pene se endurezca, o con los llamados inhibidores de la enzima fosfodiesterasa-5 (PDE5), como Viagra o Cialis, que se toman en forma de pastilla por vía oral antes de mantener relaciones sexuales, inhibiendo la enzima PDE5 en el pene para aumentar el flujo sanguíneo.
Dado que los inhibidores de la enzima PDE5 disminuyen la presión arterial, anteriormente no se recomendaban para hombres con enfermedad de las arterias coronarias debido al riesgo de ataque cardíaco.
Sin embargo, en 2017, el médico cardiólogo Martin Holzmann, profesor adjunto de Epidemiología en el Departamento de Medicina Interna de Solna, en el Karolinska Institutet, junto con un grupo de colega demostraron que los hombres que han tenido un ataque cardíaco toleran bien el fármaco y que, incluso, puede prolongar la esperanza de vida, dado que los protege contra nuevos infartos e insuficiencias cardíacas.
En su nuevo estudio, Asociación de inhibidores de la fosfodiesterasa-5 versus alprostadil con la supervivencia en hombres con enfermedad arterial coronaria, recientemente publicado, los investigadores buscaron comparar el efecto del alprostadil y los inhibidores de la PDE5 en hombres con enfermedad arterial coronaria estable. Los pacientes debían haber tenido un infarto, dilatación con balón o una cirugía de derivación de la arteria coronaria al menos seis meses antes del inicio del tratamiento para la disfunción eréctil.
“El riesgo de un nuevo ataque cardíaco es mayor durante los primeros seis meses, después de lo cual consideramos que la enfermedad de las arterias coronarias es estable”, aseguró Holzmann, autor principal de la investigación, de la que participaron también Daniel Andersson, Laura Landucci, Ylva Trolle Lagerros, Alessandra Grotta, Rino Bellocco y Mikael Lehtihet.
El estudio analizó a 16.548 hombres tratados con inhibidores de la PDE5 y 1994 que recibieron alprostadil. Los datos se obtuvieron de los registros de pacientes, fármacos y causas de muerte.
El seguimiento medio fue de 5,8 años, con 2261 muertes (14%) en el grupo de inhibidores de la PDE5 y 521 (26%) en el grupo de alprostadil. Los inhibidores de la PDE5, en comparación con el tratamiento con alprostadil, se asociaron con una menor mortalidad (índice de riesgo: 0,88; intervalo de confianza del 95%: 0,79 a 0,98) y con asociaciones similares para infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, mortalidad cardiovascular y revascularización. Cuando se compararon los quintiles (q) de prescripciones de inhibidores de la PDE5, utilizando q1 como referencia, los pacientes en q3, q4 y q5 tuvieron una menor mortalidad por todas las causas. Entre los usuarios de alprostadil, los del q5 tuvieron una menor mortalidad por todas las causas en comparación con el q1.
El estudio muestra que los hombres que recibieron inhibidores de la PDE5 vivieron más tiempo y tuvieron un menor riesgo de sufrir un nuevo ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, dilatación con balón y cirugía de bypass que los que recibieron alprostadil.
La protección dependía de la dosis, por lo que cuanto más frecuente era la dosis de inhibidor de la PDE5, menor era el riesgo. “Esto sugiere que existe una relación causal, pero un estudio de registro no puede responder a esa pregunta. Es posible que los que recibieron inhibidores de la PDE5 fueran más saludables que los que tomaban alprostadil y, por lo tanto, tuvieran un riesgo menor. Para determinar si es el fármaco que reduce el riesgo, tendríamos que asignar pacientes al azar a dos grupos, uno que tome inhibidores de la PDE5 y uno que no. Los resultados que tenemos ahora nos dan una muy buena razón para embarcarnos en un estudio de este tipo”, explicó Holzmann.
Los inhibidores de la PDE5 solo están disponibles con receta en Suecia. Por esta razón Holzmann espera que los hombres con enfermedades en las arterias coronarias consulten el tema con sus médicos de cabecera. “Los problemas de impotencia son comunes en los hombres mayores y ahora nuestro estudio también muestra que los inhibidores de la PDE5 pueden proteger contra los ataques cardíacos y prolongar la vida”, resaltó.
El estudio se realizó en colaboración con el Centro de Obesidad de Estocolmo y la Universidad de Milano-Bicocca. El Karolinska Institutet se dedica a la investigación de todo el campo de la medicina y representa hoy más del 40% de toda la investigación médica académica que se realiza en Suecia.
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