Las frituras aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares graves, según un estudio de una universidad China publicado en la revista Heart.
Una dieta alta en frituras aumenta significativamente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares graves, como ataques al corazón o ictus (trastornos de la circulación sanguínea cerebral), según un estudio publicado este lunes en la revista Heart.
Ese riesgo crece de manera exponencial con cada incremento semanal de apenas 114 gramos de alimentos fritos, advierten los autores de esta investigación, liderada por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Shenzhen (China).
Según los expertos, los hábitos alimenticios occidentales no ayudan a mantener una buena salud cardiovascular, pero, hasta ahora, no estaba claro cómo afecta exactamente la ingesta de frituras.
Una investigación con datos de 19 estudios sobre 1,3 millones de personas
Para aclarar cómo afectan realmente las comidas fritas a la salud cardiovascular, los investigadores seleccionaron 19 estudios importantes publicados hasta 2020.
Primero recopilaron datos de 17 estudios, que incluyeron 562.445 participantes y 36.727 episodios cardiovasculares graves -como ataques cardíacos o derrame cerebral-, para evaluar los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Después, reunieron datos de otros seis trabajos, que incluyeron 754.873 personas y 85.906 muertes registradas durante un periodo de seguimiento medio de 9,5 años, para evaluar el posible vínculo entre el consumo de frituras y fallecimientos provocados por «enfermedades cardiovasculares» y por «otras causas».
Constataron que las personas que tenían el consumo semanal de comida frita más baja, el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular grave era del 22%, mientras quienes consumían más frituras ese riesgo subía al 37%.
Estos porcentajes de riesgo aumentaron el 3, 2 y 12 %, respectivamente, con cada incremento semanal de apenas 114 gramos de alimentos fritos, según los autores del trabajo publicado hoy.
Además, en el estudio se aclara que todas las cifras de riesgo podrían, incluso, ser conservadoras, debido a que varios de los estudios analizados solo incluían un tipo de fritura, ya fuese pescado o papas fritas, en vez de una ingesta general de comida frita.
Tampoco está del todo claro, observan, cómo, exactamente, podrían influir los alimentos fritos en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Este tipo de comidas, opinan los autores, elevan la ingesta de energía debido a su alto contenido en grasas, al tiempo que generan «ácidos grasos trans», dañinos para la salud, a partir de los aceites hidrogenados usados para la fritura.
Este método de cocinado también eleva la producción de otros derivados químicos que afectan a la respuesta inflamatoria del cuerpo humano.
Otros platos, como el pollo frito o las papas fritas, tienen un alto contenido en sal y, además, se suelen servir acompañados de bebidas altamente azucaradas, sobre todo en restaurantes de comida rápida, concluyen.
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