23 diciembre, 2024

Por qué tomar un vaso de leche o yogur por día podría ayudar a evitar la diabetes tipo 2

Una nueva investigación que se presentará en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, muestra que los productos lácteos, especialmente los bajos en grasa y el yogur, están asociados a un menor riesgo de desarrollar la enfermedad

Tomar un vaso de leche o yogur por día puede ayudar a evitar la diabetes de tipo 2, según sugiere una investigación. Pero el exceso de carnes rojas, procesadas e incluso blancas parece tener el efecto contrario, según el mismo estudio.

Los investigadores italianos recomiendan ahora el pescado y los huevos como “buenos sustitutos” para los amantes de la carne, basándose en sus nuevas conclusiones.

Los resultados se producen en medio de una moda de salud contraria a los lácteos, cuyos defensores advierten que la leche entera, la manteca y el queso tienen muchas calorías y grasas saturadas y pueden provocar un conjunto de problemas de salud.

Los consejos nutricionales actuales del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en eingles) para reducir el riesgo de diabetes de tipo 2 recomiendan consumir alimentos de origen vegetal, como cereales integrales, verduras, frutas, legumbres y leche y yogures bajos en grasa. También debe limitarse el consumo de productos animales.

Sin embargo, los expertos de la Universidad de Nápoles Federico II sostienen que no todas las fuentes de proteínas animales son nutricionalmente iguales. Las directrices deberían actualizarse para reflejar este hecho, facilitando a las personas la elección de los mejores alimentos para reducir el riesgo de padecer la enfermedad.

La diabetes de tipo 2 se produce cuando las células se vuelven resistentes a la insulina, la hormona responsable de mantener estable el azúcar en sangre. Si no se trata, puede ser mortal y causar graves problemas, como enfermedades cardíacas, pérdida de extremidades e incluso ceguera. Esta enfermedad, denominada “asesino silencioso”, afecta a unos 4,5 millones de británicos y a más de 30 millones de estadounidenses.

El proyecto, que se presentará en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes que se celebrará en Estocolmo (Suecia) la próxima semana, evaluó 13 metanálisis anteriores, lo que lo convierte en una “revisión de revisiones”. En total, se incluyeron 175 estudios. Todos analizaron 12 alimentos de origen animal diferentes y el aparente efecto de desarrollar diabetes de tipo 2.

Los productos incluían: carne total; carne roja (incluyendo ternera, cordero y cerdo); carne blanca (pollo y pavo); carne procesada (bacon, salchichas y charcutería); pescado; productos lácteos totales; productos lácteos enteros; productos lácteos bajos en grasa; leche; queso; yogur y huevos.

La doctora Annalisa Giosuè y sus colegas pudieron, por tanto, comparar el riesgo de diabetes de tipo 2 en función de la cantidad de cada producto consumido. Al analizar el consumo de carne roja, las personas que comían 100 g/día tenían un 22% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad, en comparación con las que comían menos.

El riesgo era del 30% para los que consumían 50 g/día de carnes procesadas, el equivalente a menos de dos porciones de bacon. Por su parte, las personas que consumían 50 g/día de carne blanca sólo corrían un 4% más de riesgo, en comparación con las que comían incluso menos.

Giosuè afirmó: “La carne roja y la procesada son fuentes importantes de componentes como los ácidos grasos saturados, el colesterol y el hierro hemo, todos ellos conocidos por favorecer la inflamación crónica de bajo nivel y el estrés oxidativo, lo que, a su vez, puede reducir la sensibilidad de las células a la insulina”.

“Las carnes procesadas también contienen nitratos, nitritos y sodio, que pueden dañar las células productoras de insulina del páncreas. En comparación, la carne blanca contiene un menor contenido de grasa, un perfil de ácidos grasos más favorable y una menor cantidad de hierro hemo”, añadió.

Los alimentos lácteos, por su parte, parecen tener un efecto protector contra la diabetes de tipo 2 o no suponen ninguna diferencia. Todo dependía de si eran bajos en grasa o no, según los resultados.

Las personas que consumían 200 g de leche al día -el equivalente a un vaso- tenían un 10% menos de probabilidades de ser diagnosticadas, en comparación con las que consumían menos. El riesgo era un 6% menor entre las personas que consumían 100 g de yogur al día. Pero no parecía haber ningún efecto visible en el caso de 30 g de queso al día. Lo mismo ocurrió con 200 g de productos lácteos completos, que incluyen la manteca y la crema líquida.

Para la experta, “los productos lácteos son ricos en nutrientes, vitaminas y otros compuestos bioactivos que pueden influir favorablemente en el metabolismo de la glucosa, es decir, en el procesamiento del azúcar por el organismo. También se sabe que los probióticos ejercen efectos beneficiosos sobre el metabolismo de la glucosa, lo que puede explicar que el consumo regular de yogur se asocie a un menor riesgo de diabetes de tipo 2″.

El consumo de 100 g de pescado y un huevo al día tampoco parecía tener ningún efecto sobre el riesgo de padecer la enfermedad. “Aunque la carne roja y procesada debe consumirse con moderación, cantidades moderadas de pescado y huevos podrían ser buenos sustitutos”, advirtió.

Sin embargo, la especialista señaló que la calidad de las pruebas era baja para todos los alimentos, excepto la carne. Los resultados, que se publicaron en la revista Diabetes Research and Clinical Practice antes de su divulgación, deben, por tanto, tratarse con cautela, reconoció el equipo.