14 enero, 2025

Regionales; LMN.

Por qué se conduce mal en la Argentina: los 5 errores principales que cometen los automovilistas

Hay muchas maniobras que se hacen porque se ignoran las normas viales. Pero hay otras que, incluso sin ser faltas a la ley de tránsito, le complican la vida al resto de los automovilistas

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Aunque parezcan sinónimos, hay una sustancial diferencia entre manejar y conducir un automóvil. La primera acción es la referida al acto de mover las manos y los pies sincronizádamente para que el volante y los pedales lleven un vehículo por el camino deseado. La segunda es mucho más amplia, tanto como el entorno mismo de un automóvil en la vía pública. Conducir es, en el más amplio sentido de la palabra, manejar contemplando a los demás, sus necesidades y sus recursos.

Si bien la tecnología moderna ha desarrollado las famosas ayudas a la conducción llamadas ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), hay cosas que por el momento la Inteligencia Artificial y el Machine Learning no controlan ni controlarán hasta que exista la conducción autónoma en el mundo entero: las malas conductas al volante.

“Argentina es uno de los países en los que mejor se maneja y peor se conduce”, dijo Fabián Pons, fundador del Observatorio Vial Latinoamericano (OVILAM). Las faltas a la ley de tránsito son constantes y si algunos índices mejoraron en los últimos tiempos, no se debe a una mejora educación vial sino a las cada vez más costosas multas que se aplican sobre los infractores.

“Hay síntomas, diagnósticos, medidas paliativas y tratamientos de cura. Siempre se pueden hacer las cosas de un mejor modo, aunque muchas veces no es sólo culpa de los conductores. En muchas oportunidades, las propias regulaciones y la infraestructura vial terminan generando más problemas generales al tránsito”, aseguró en experto.

Los síntomas y diagnósticos son diversos, pero las medidas paliativas rápidas y el tratamiento siempre son los mismos: la acción de la autoridad; una actualización de algunos aspectos de la Ley de Tránsito; que ésta sea única para todo el país; y la educación vial antes de otorgar una licencia.

¿Cuáles son entonces los 5 principales errores que comenten los automovilistas?

1. Detenerse en doble fila

Es una de las más comunes malas costumbres de los automovilistas argentinos. Si bien están enmarcadas, muchas veces en la necesidad de detenerse pocos segundos para que baje o suba un pasajero, en general no se contempla que un vehículo parado en una calle angosta impide el paso de quienes vienen detrás, con sus apuros, sus necesidades o simplemente su deseo de llegar lo más rápidamente que sea posible a destino.

Está motivada por un problema de las ciudades como es la falta de espacio para estacionar. Pero el causal del problema es la comodidad de parar donde uno desea (salvo en casos muy específicos de movilidad reducida de una persona) sin importar que otras personas no tienen por qué parar a causa de esa maniobra.

En las calles angostas, una posible solución es no permitir que se estacionen vehículos en la mano izquierda, y también contribuiría dejar el espacio de un automóvil en las esquinas, entre la senda peatonal y el primer lugar en el que se puede estacionar en la mano derecha. De modo, se generaría un lugar para parar con balizas y que una persona pueda subir y bajar sin detenerse en el medio de la calle.

2. Circular a baja velocidad por la mano izquierda

Pocas cosas parecen tan inofensivas, y no lo son, como ir a muy baja velocidad por la mano izquierda de una vía en la que hay al menos dos carriles de automóviles que van en el mismo sentido. Esta acción genera que se formen largas filas de autos detrás de quién va lentamente, y como consecuencia, empuja a los otros conductores a cometer una infracción si deciden pasar por la derecha.

Sucede en las autopistas, semiautopistas y en las avenidas de las ciudades. Pero en el tránsito urbano, cuando se sobrepasa por la derecha, se pone en riesgo a aquellos que suben y bajan de los autos estacionados de ese lado de las calles, ya que el tránsito pasa a pocos centímetros de las personas a una velocidad mayor de la aconsejable.

Así, una mala costumbre de un conductor termina generando una infracción de tránsito de otro automovilista, que, además, ante un accidente, puede quedarse sin la cobertura de su seguro por esa misma razón. El carril derecho es el de circulación a más baja velocidad y el de la izquierda es el de adelantamiento, no al revés.

La excusa que sostienen los automovilistas que van por el carril izquierdo a baja velocidad es que van a doblar a la izquierda algunas cuadras más adelante, pero si se actuara correctamente con la señalización con la luz de giro para hacer esas maniobras, lo correcto sería ir por el carril derecho hasta la cuadra en la que se va a hacer el viraje.

3. La anticipación para usar la luz de giro

Precisamente ésta es una de las más normales de las malas costumbres al volante. Muchos no usan el giro para anticipar una maniobra, pero otros lo hacen sólo para cumplir con la norma, justo antes de mover el volante o incluso haciendo el viraje.

“Si bien la ley de tránsito no especifica cuánto tiempo antes hay que colocar la luz de giro, el artículo 47 inciso A, dice que se debe advertir la maniobra con suficiente antelación mediante la señal luminosa correspondiente y mantenerla hasta la salida del cruce”, explicó Pons.

Lo que se toma como una buena medida de referencia es que los autos circulan a una distancia de unos dos segundos como mínimo entre sí, no importa la velocidad sino el tiempo de reacción. De ese modo, advertir con la luz de giro entre cuatro y cinco segundos antes, sería una medida correcta para evitar sorpresas en los conductores que vienen detrás.

4. Prioridad de paso

Este es un tema que siempre genera controversia. La prioridad de paso al llegar a un cruce de calles o caminos en general la tiene el vehículo que viene por la derecha. Todos lo saben. “Sin embargo, sólo en la ciudad de Buenos Aires, aproximadamente el 70% de los choques ocurren en una esquina, lo que demuestra que, efectivamente, o hay un desconocimiento muy alto del tema o bien una falta de respeto por la norma”, resaltó Pons.

Otra confusión suele darse al evaluar quién llega primero a la esquina y ese también es un error. Aunque un auto haya llegado a una intersección y otro todavía esté acercándose, quién viene por la izquierda debe detenerse y esperar que llegue y cruce aquel que viene por la derecha.

Las únicas excepciones que cambian esa condición de prioridad para quién viene por la derecha son una señalización contraria, cuando quién viene por la izquierda está saliendo de un cruce de ferrocarril o cuando viene un vehículo oficial de urgencias como ambulancia, policía o bomberos con sirena y balizas, y por supuesto, ante un peatón que intenta cruzar. También existe la excepción cuando el que viene por la derecha lo hace por una calle simple y está entrando a una avenida, ruta o semiautopista, en cuyo caso tiene la prioridad quién viene por la arteria más importante.

5. Cambio de carril en un embotellamiento

Nada lo prohíbe, se puede hacer libremente, pero pocos son conscientes del efecto que causan en el tránsito que viene detrás. Se lo conoce como “embotellamiento fantasma”, ya que se trata de un atasco de autos detenidos sin una causa concreta como un accidente vehicular o un desperfecto mecánico.

Es un fenómeno que causan los conductores que por el sólo hecho de ganar tiempo cuando el tránsito está muy congestionado, pasan constantemente de carril buscando adelantar a los otros autos. El embotellamiento fantasma se genera cuando un auto debe frenar porque otro se cruzó delante suyo, ocasionando que quién viene detrás también lo haga.

El efecto se reproduce exponencialmente hasta causar que varios metros más atrás, los autos se detengan completamente. Varios estudios reflejan esta situación explicando que, si entre 1.500 y 2.000 autos frenan en un embotellamiento fantasma, el último tardará entre 20 y 30 minutos en arrancar nuevamente respecto al momento en que el primero de la fila lo haya hecho.