19 abril, 2024

(Facebook: Carlitos Balá)

A los 97 años murió el querido Carlitos Balá.

A lo largo de su extensa carrera en cine y televisión, el animador alegró a millones de chicos. La noticia la confirmó su nieta.

(Facebook: Carlitos Balá)

Murió Carlitos Balá a los 97 años. El querido actor partió el jueves a las 21.30 según lo confirmó su nieta Laura Gelfi a Teleshow. “Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, dijo con tristeza la joven sobre la partida de su abuelo.

El animador infantil que atravesó generaciones y se grabó a fuego en la cultura popular argentina estaba internado en el Sanatorio Güemes.

Su estilo combinaba la picardía con el humor más inteligente de todos: el absurdo. Ingenuo y creativo, encontró la forma de sacarle una sonrisa a millones. Incluso, logró que latiguillos suyos como “¿un gestito de idea?” y “un kilo y dos pancitos” se volvieran de uso cotidiano en nuestro país.

Siempre fue muy gracioso y también muy tímido. Para vencer su timidez hacía bromas en el colectivo de la línea 39; eventualmente participó de un concurso y lo ganó, pero por miedo a la reacción de su familia usó un nombre falso. Su padre estaba escuchando la radio, pero no lo reconoció. Pronto recuperó su propio apellido, apenas modificado, y comenzó a trabajar en la radio.

El creador de la mítica frase “¿Qué gusto tiene la sal?” estaba internado desde ayer en el Sanatorio Güemes. “Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación”, contaba en ese momento su representante Maximiliano Marbuk.

El inventor de términos como “sumbudrule” y del “chupetómetro”, que comenzó trabajando como vendedor ambulante en una línea de colectivo, se convirtió en un referente de grandes y chicos y varias generaciones crecieron a su lado y hoy lo llorarán. Había celebrado sus 97 el 13 de agosto pasado rodeado de su familia.

“Feliz cumple mi amor”, le había escrito ese día su nieta con un álbum de fotos de todos los tiempos, no solo actuales sino de cuando ella era chica: jugando con una cámara, en el teatro y cocinando, uniendo las pasiones de ambos. Cada vez que podía ella lo agasajaba con sus platos preferidos.

¿Quién por ejemplo no dejó su chupete gracias a él? “El colmo de tener de abuelo a Carlitos Balá… ¡nunca use chupete!”, contó hace unos años Laura, quien también es cocinera, a este sitio en ese momento, lo definía: “Es una persona alegre, graciosa y que admiro mucho. Siempre hace chistes, jugábamos mucho. Anécdotas hay miles. Todos los veranos íbamos a Mar Del Plata y nos divertimos muchísimo”.

Más allá del personaje, contaba cómo era como abuelo: “Me malcría como casi todos los abuelos a sus nietos. Pero con la excepción que estar con él es reírse a cada segundo”.

“¿Qué gusto tiene la sal?”, preguntaba el gran artista y todos los niños respondían con seguridad: “¡Salado!”. La idea nació en 1969, en una tarde tranquila en Mar del Plata. Un chico lo miraba atento y Balá haciendo como que no lo veía preguntó varias veces en voz alta: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?” El nene permanecía silencioso y el siguió: “Ahhh, el mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tiene la sal?” Y antes de salir corriendo el chico le respondió. “¡Pero, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!” Y así nació un éxito que atravesó cuatro generaciones.

Cartlitos estaba muchas veces acompañado de Angueto, el perro invisible que surgió en una tienda en Disney. Balá siempre atento encontró una correa rígida y se le ocurrió el chiste del perro. “Un turista que estaba al lado se asustó y me gustó la idea porque pensé que podía ser un buen personaje. Cuando llegué a Buenos Aires, mandé hacer una correa similar y le puse Angueto por mi hija Laura. Cuando era chica, con mi mujer le decíamos Anguetita’, una palabra inventada”, contó alguna vez.

Como todos los grandes, estaba siempre vigente. El año pasado cuando cumplió 96 su nieta había contado sobre el cariño del público que le legaba constantemente. “El está muy contento, le estamos leyendo constantemente los mensajes de la gente, que es mucho lo que le manda y es muy emocionante. Cada año que pasa es más lo que la gente le manda, lo que lo quiere, estamos recibiendo muchos mensajes y regalos y vinimos con mi mamá desde la mañana para ayudar porque es tremendo lo que nos mandan”, contaba.

Carlitos Balá, el animador infantil más querido de la Argentina

Carlitos Balá es uno de los artistas más queridos del público y especialmente los nenes de unas cuantas décadas. Inventó el “chupetómetro”, una especie de construcción donde se invitaba a los chicos a abandonar el chupete. Sus frases son marcas registradas del humor nacional y muchos las usan en cualquier oportunidad. Algunas de ellas son: “¿Qué gusto tiene la sal? Salado”; “Ea-ea-ea-pe-pé”; “Mamá ¿cuándo nos vamo’?”; “Está un kilo y dos pancitos”; “Más rápido que un bombero”; y “Sumbudrule”.

Estas frases y muchas más están incluidas en el libro Aquí llegó Balá: la fabulósica vida de Carlitos, donde se cuenta su vida, infancia, juventud y su consagración como artista popular.

Recibió toda clase de homenajes. En 2016, a los 91 años, visitó al Papa Francisco en el Vaticano y fue declarado “Embajador de Paz”. La Legislatura porteña ya lo había declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad. Hay una estatua de él haciendo su gesto característico en la entrada de la pizzería Imperio de la Pizza.

Por supuesto, obtuvo el Martín Fierro como premio a su trayectoria y Laura Franco, más conocida como Panam, le dedicó su propio Martín Fierro por su participación en los videos musicales.