27 abril, 2024

Vino argentino, en crisis: bodegas logran quita de retenciones pero los problemas continúan

Las bodegas lograron una quita de retenciones. Sin embargo, la lista de problemas que enfrentan es mucho más amplia, en un contexto inflacionario

El ministro de Economía y precandidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa, realizó un anuncio clave durante un discurso en La Rural de Palermo y formalizó la eliminación de las retenciones para las economías regionales, entre las que destaca la vitivinicultura.

La medida, que entrará en vigor el 1 de septiembre, tiene un impacto importante en la actividad: se estima que generará un ahorro anual de cerca de 40 millones de dólares, según surge de las estadísticas correspondientes al 2022.

El sector vitivinícola recibió la noticia con satisfacción. Sin embargo, el consenso en la industria es que aún hay desafíos pendientes para mejorar la competitividad. Para ponerlo en contexto, las exportaciones de vinos del primer semestre del año alcanzaron los u$s337,4 millones, lo que implicó un derrumbe del 21% frente a los u$s427 millones logrados en el mismo período del 2022. Es decir, que el sector dejó de exportar nada menos que u$s90 millones en esos seis meses.

Las principales bodegas exportadoras advierten que un grave problema es la suba continua de costos, que está generando un serio problema de competitividad cambiaria, en un contexto en el que acaban de incrementar los impuestos a un grupo de importaciones. Todo esto, en un escenario en el que las exportaciones vienen en franca caída.

Por lo tanto, la eliminación del 4,5% de los derechos de exportación representa un paso necesario para la vitivinicultura, pero las empresas buscan abordar otros aspectos clave que permitan asegurar su crecimiento sostenible.

Desde Bodegas de Argentina, entidad que nuclea a los grandes jugadores del sector, señalaron que «luego de largos años de gestiones frente a las autoridades nacionales, comunica a la comunidad la posibilidad de eliminación de retenciones y derechos de exportación a partir del 1 de septiembre».

«La quita de retenciones a las exportaciones, representa un paso muy importante para la inserción internacional de nuestros productos no obstante lo cual, seguiremos trabajando a fin de mejorar la competitividad del sector», agregaron en un comunicado (que también fue emitido por Wines of Argentina) en el que adelantaron que continuarán «peticionando para alcanzar políticas de estado para el sector exportador, acompañadas por los acuerdos internacionales largamente solicitados y el apoyo en la promoción de nuestros productos en el mundo».

Por qué el vino argentino está en crisis

Las estadísticas hablan por sí solas: durante el primer semestre, las ventas al exterior de vinos argentinos se desplomaron casi 27% en el caso de los fraccionados y cerca de un 45% a granel.

Esto implicó un fuerte derrumbe de casi 32% en el volumen de vinos comercializados al exterior, de acuerdo con cifras del INV. En facturación, esto se tradujo en una preocupante caída del 21%.

En este contexto, fuentes del sector consideraron que el atraso cambiario está afectando seriamente la competitividad del sector y que el llamado «dólar Malbec», además de ser difícil de aplicar, está quedando desactualizado, en un contexto de fuerte suba de costos.

Hace unas semanas, Bodegas de Argentina ya había advertido a través de un comunicado que el Programa de Incentivo a las Exportaciones, también conocido como «dólar Malbec» (que entró en vigencia el 10 de abril pasado y a través del cual las bodegas comenzaron a recibir $300 por cada dólar exportado), no ayudó a mejorar la competitividad cambiaria.

«Las caídas de volumen y facturación se deben fundamentalmente a la falta de competitividad del tipo de cambio, frente a los incrementos de costos que han tenido los componentes de los productos, como insumos de packaging, materias primas, mano de obra y gastos en general», habían señalado. 

En la actualidad, el dólar especial que recibe esta economía regional es del orden de los $340, pero en el sector, off the record, advierten que hoy ya debería ser, como mínimo de $380.

Además, las empresas del sector vienen reclamando que este valor se ajuste de manera automática, en función de un índice que contemple la variación del tipo de cambio, algo que tampoco prosperó por el momento.

Desde Bodegas de Argentina advirtieron que los costos «suben a tasas de 3 dígitos» y agregaron que, si bien el tipo de cambio se aceleró en el último tiempo, siempre corrió por debajo de los mismos, generando un «escenario de caída de rentabilidad generalizada de los productos».

Otro punto que agravó el panorama es que la última cosecha arrojó volúmenes muy bajos debido a heladas tardías, falta de agua y episodios de granizo que golpearon a buena parte de las regiones vitivinícolas de Mendoza.

Según datos oficiales, en Mendoza se cosecharon 950 millones de kilos, un desplome del 26% respecto de los 1.283 millones de la vendimia anterior.

Esto disparó los precios de las uvas hasta en un 300% respecto de los valores de la vendimia anterior, según Bodegas de Argentina.

Para completar el pésimo cuadro, se suma el deterioro del mercado interno: en el primer cuatrimestre, los despachos cayeron un 12%.

Precios Justos, en el ojo de la polémica

Además, las bodegas piden que las empresas que accedan a este beneficio, ya no tengan la obligatoriedad de ingresar a Precios Justos. «En el caso del vino, las mejoras en el tipo de cambio de ninguna manera impactan en el mercado local», advierten desde BA.

El argumento que esgrimen es que la oferta exportable y los mercados son totalmente diferentes: en el mercado interno el vino masivo es el que tiene mayor participación, mientras que el negocio de exportación se basa en vinos de gama media a alta.

«La obligación de entrar a Precios Justos para recibir el tipo de cambio diferencial no ayuda para nada. Las bodegas tienen terror de entrar porque no te dejan aumentar precios», advirtió una fuente.

En este contexto, el sector vitivinícola celebra un gran logro: la quita de retenciones. Sin embargo, el dólar que recibe el sector en concepto de exportaciones sigue totalmente desfasado de la coyuntura económica, ya que no sigue al tipo de cambio oficial y viene corriendo por debajo de la suba de costos. Por ahora, frente a este reclamo, las bodegas están lejos de sentir algún alivio.