17 mayo, 2024

El «Plan Platita» no le gustó nada al FMI y hubo fuertes discusiones con Massa.

Los riesgos del giro hacia una política fiscal más expansiva de lo acordado avivaron las tensiones con el Fondo. Los motivos de la tensión.

En el comienzo de la semana, el dólar blue cotiza con una suba de cinco pesos, a $735 en las cuevas del microcentro porteño. En tanto, el contado con liquidación (CCL) se ubica en los $771, mientras que el MEP lo hace en $690. Septiembre arrancó con una brecha cambiaria superior al 100%, un dólar oficial con un rezago tarifario significativo y las Reservas Netas con estado patrimonial alarmante.

En este contexto, tal como estaba previsto -pese al incumplimiento total de las metas- llegó desde Washington el desembolso de u$s7.500 millones. De la mano de los DEGs vino una modificación en los objetivos de acumulación de reservas y asistencia monetaria al Tesoro, mientras que el target fiscal se mantuvo inalterado.

De esta manera, el 23 de agosto el directorio ejecutivo del FMI aprobó por unanimidad el desembolso de los esperados. En el marco de la quinta y sexta revisión del Acuerdo de Facilidades Extendidas, el organismo dio el visto bueno a pesar de los reiterados incumplimientos de las metas y expandió el total de desembolsos a u$s36.000 millones.

Las medidas comunicadas por el Ministerio de Economía fueron en una dirección absolutamente contraria a la que se había conversado con el FMI. Massa dispuso la entrega de bonos a jubilados y beneficiarios de planes sociales, créditos a jubilados y trabajadores, refuerzo de la Tarjeta Alimentar y Potenciar trabajo, reducciones impositivas y sumas fijas para empleados públicos y privados, entre otras cosas.

Para el fondo, las medidas del «Plan Platita» anunciadas por Massa para suavizar los efectos de la devaluación del 22% del tipo de cambio oficial implicaron un costo 0,4% del PIB. Nada de esto estaba conversado previamente, por lo que fuentes cercanas al Palacio de Hacienda que el Fondo «no le gustó nada» el anuncio.

Qué fue lo que pasó con el FMI

Fuentes cercanas al Ministerio de Economía apuntaron que los funcionarios del FMI le habrían recriminado a Sergio Massa que las medidas anunciadas con el fin de recomponer ingresos reales post devaluación tendrían un costo fiscal, muy superior al acordado con ellos.

Asimismo, el organismo monetario también le habría manifestado sus diferencias y preocupaciones con respecto a la fijación a $350 del tipo de mayorista, dado que mantener el nivel en ese precio post devaluación no habría sido parte de lo acordado, por lo que apuntaron que se vuelva a un esquema de crawling peg.

En este sentido, desde el bróker Grupo SBS ampliaron que el FMI mantuvo la meta fiscal de 2023 en un rojo primario de 1,9 puntos porcentuales del PBI y que, con los datos a julio, el rojo primario de agosto-diciembre no podrá superar 0,55 puntos porcentuales del PBI. Además, precisaron que las nuevas metas nominales dejan espacio para apenas $120,7 billones de déficit primario acumulado en agosto-septiembre.

Por su parte, desde la consultora Eco Go, señalaron que lamentablemente, dado la inflación esperada, el mayor efecto que puede tener la medida es el de equiparar la mayor inflación esperada, tras los precios desatados que se registraron tras la devaluación post PASO.

«Por otro lado, la duda queda en el comportamiento esperado de los precios, que saltaron fuertemente en el último relevamiento semanal, donde la mayor inyección de liquidez a la economía, junto con la alta propensión a gastar, puede alentar una suba en la nominalidad esperada», advirtieron.

Adicionalmente, el economista Sergio Rodríguez señaló que es que el oficialismo carece de incentivos para cumplir con los compromisos acordados, especialmente cuando hay altas probabilidades de que el 10 de diciembre la oposición asuma la gestión. E desembolso importante (junio y septiembre combinados) ya fue realizado hizo y el de diciembre (u$s 3.358 millones) será utilizado por otro gobierno.

Qué pasará con el dólar en septiembre

Para el corredor Invertir en Bolsa, mediante constantes intervenciones, el gobierno logró contener el dólar MEP y si bien el tipo de cambio oficial continúa en $350; el mercado cree (observando los futuros de dólar) que de acuerdo al resultado electoral de octubre habrá un nuevo salto discreto.

«Así, pricea una devaluación del 25% para octubre, de 50% para noviembre y casi 100% para diciembre. En este contexto es lógico que los inversores busquen cobertura demandando todo tipo de instrumentos: cobertura mata fundamental», explicaron.

Además, señalaron que la falta de credibilidad de la devaluación adoptada desde el Ministerio de Economía post PASO continúa haciéndose notar en las curvas de futuros, que, debido a la aceleración de la inflación en las últimas semanas, y a que posiblemente dicha aceleración se traslade a septiembre, pricean una devaluación directa de 24% para octubre y una por encima del 50% para noviembre.

«Con la mirada puesta en el 2024, la imagen tampoco luce muy positiva: los contratos a julio se ubican por encima de $1.000. Estas expectativas devaluatorias continúan empujando a las cotizaciones a nuevos máximos históricos frente a una demanda de pesos en constante caída, con lo cual no debería esperarse un enfriamiento en la tendencia alcista de los dólares», observaron.

Por su parte, Rodríguez advirtió que la perspectiva a futuro es que el peso siga perdiendo valor, motivando a que los argentinos quieran desprenderse de ellos rápidamente. Sin anclas que estabilicen las expectativas, el escape natural desde la moneda local se daría hacia bienes (inflación) y/o hacia el dólar (presión para otra devaluación).

«Estas medidas no son gratuitas. Al tener déficit fiscal crónico y un mercado de capitales cerrado, el aumento del gasto público deberá ser financiado con mayor recaudación tributaria o emisión monetaria, agrandando los problemas existentes y generando una mayor aceleración de los precios», finalizó