5 mayo, 2024

Confirman que la vacuna contra el dengue estará disponible en noviembre

la vacuna ya fue aprobada en la Unión Europea, Brasil y Reino Unido, y según las pruebas redujo con dos dosis el 84% de las hospitalizaciones.

La vacuna contra el dengue estará disponible en Argentina a partir de noviembre, según las previsiones oficiales. La fórmula, aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a fines de abril, se aplicará a personas desde los 4 años de edad en farmacias y en centros de vacunación privados, con receta médica.

La nueva vacuna está diseñada para prevenir el dengue causado por cualquiera de los 4 serotipos existentes. El esquema completo incluye dos dosis que deben darse separadas por un intervalo mínimo de 3 meses.

La fórmula fue desarrollada por la compañía biofarmacéutica Takeda, con casa matriz en Japón, y costará $37.514 por dosis. Se trata de «un costo similar a otras vacunas nuevas o recientes, ya disponibles en el mercado en el sector privado, y el precio actual ya está publicado en los diferentes vademécums farmacéuticos», señaló el laboratorio.

Actualmente, se está trabajando con las distintas prepagas y obras sociales para que determinen la posibilidad de ofrecer descuentos a sus afiliados, que pueden ir desde el 40% al 60%.

“Cualquiera que quiera protegerse, puede conversarlo con su médico y –presentando la receta correspondiente– acceder a la vacunación en los vacunatorios privados y, en breve, en las propias farmacias”, confirmó Eduardo López, médico infectólogo y jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

Cómo es la vacuna contra el dengue

La vacuna está compuesta por virus vivos atenuados y se desarrolló a partir del serotipo 2 del dengue, que conforma la base genética para ofrecer protección contra el resto de los serotipos, activando múltiples brazos del sistema inmunológico que contribuyen a la protección contra la infección y la enfermedad.

Para conservarse correctamente, debe guardarse en heladera a una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados.

Sus posibles efectos adversos son dolor y enrojecimiento en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, dolor muscular, malestar general y debilidad. En casos menos frecuentes puede presentar fiebre.

Esta vacuna está contraindicada para personas embarazadas o en período de lactancia, así como para personas inmunosuprimidas.

El desarrollo de la fórmula contó con un estudio clínico denominado TIDES, que incluyó más de 20 mil voluntarios en cinco países endémicos de dengue de Latinoamérica (Brasil, Colombia, República Dominicana, Nicaragua y Panamá) y tres de Asia (Sri Lanka, Tailandia y Filipinas).

De acuerdo con los resultados de ese estudio, la aplicación de 2 dosis evidenció una reducción del 84% en las hospitalizaciones por dengue y una disminución del 61% los casos de dengue sintomático.

Además de Argentina, la vacuna ya fue aprobada por la Unión Europea, Islandia, Reino Unido, Brasil, Indonesia y Tailandia, entre otros lugares.

La importancia de la vacunación

El brote de dengue de 2023, recordó el infectólogo Eduardo López, provocó más de 130.000 casos en Argentina. Hay que tener en cuenta, además, que el virus «se ha urbanizado: ya no solo afecta áreas del norte argentino, sino que el mosquito Aedes Aegypti trasmisor de la enfermedad está en las grandes urbes», indicó.

En ese sentido, «la vacuna es un aporte muy importante para la estrategia de prevenir la enfermedad y disminuir la intensidad de la misma”, completó.

Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC, coincidió en que la vacuna «constituye una herramienta estratégica para protegernos contra el dengue, pero es muy importante tener en cuenta que la protección, de acuerdo a lo observado en los estudios clínicos, se alcanza luego de la segunda dosis, y por supuesto, además de la vacunación no se deben dejar de utilizar las medidas tendientes a impedir la proliferación del mosquito vector», remarcó.

Entre esas medidas de prevención, Bonvehí mencionó «el descacharreo, impedir la acumulación de agua estancada y también aquellas acciones tendientes a evitar sus picaduras, como disponer de mosquiteros en los ámbitos laborales y en el hogar y el uso de repelentes y ropa que proteja el cuerpo”.