30 abril, 2024

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Un componente de la tinta de pulpo puede acabar con células cancerígenas

Tras seis años de trabajo, un grupo de investigadores de México y España presentó un estudio sobre la Ozopromida que podría convertir a ese componente en un fármaco para tratar el cáncer.

Un grupo de científicos logró identificar un componente en la tinta de los pulpos, llamado Ozopromida, que inhibe el desarrollo de células cancerígenas y preserva las células sanas.

Los profesionales, oriundos de México y España, pudieron -además- crearlo artificialmente y su descubrimiento podría ser utilizado en nuevos tratamientos para el cáncer.

«Lo que obtuve fue un compuesto sin reportes previos que está presente en la tinta de pulpo y una vez aislando e identificándola, pudimos determinar que el compuesto se trataba, en este caso, del nombre que ya identificamos ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) como ‘Ozopromida’, debido a las características estructurales que contiene», explicó el líder de la investigación, Martín Samuel Hernández Zazueta, que realiza un doctorado en la Universidad Miguel Hernández, en España, en colaboración con la Universidad de Sonora, en México.

Hernández Zazueta aseguró que lleva trabajando sobre el tema desde hacer alrededor de seis años, y el resultado de este hallazgo fue publicado en el portal científico Science Direct.

Los investigadores realizaron una serie de experimentos y reacciones que permitieron crear artificialmente esta molécula. Los resultados arrojaron que la Ozopromida, u OPC (‘Oligodendrocyte progenitor cell’) por sus siglas en inglés, causa la muerte de células cancerígenas, pero no afecta a las células no-cancerígenas.

Además, el profesional destacó que el componente tiene propiedades desinflamatorias, otra ventaja, pues muchos tratamientos que incluyen inmunoterapia pueden tener como consecuencia inflamación. El propósito es crear un procedimiento que no tenga como efecto secundario la hinchazón.

La Ozopromida es un potencial candidato a ser un fármaco para tratar el cáncer, pero aún se necesitan más estudios para garantizar sus efectos en modelos más específicos y seguros para los humanos.